Las actitudes y comportamientos de los consumidores hacia los alimentos han ido cambiando debido a los nuevos valores sociales, los patrones de consumo, la digitalización y la conectividad impulsada por los medios de comunicación. A lo largo de los años, se ha producido un cambio en los hábitos y actitudes de los consumidores hacia los alimentos, sobre todo en relación con sus características, sistemas de producción y pautas de consumo.
En consecuencia, los alimentos tradicionales han despertado un gran interés entre las distintas partes interesadas, como productores, gobiernos, minoristas y consumidores. Los consumidores suelen asociar los alimentos tradicionales con productos naturales, sanos, respetuosos con el medio ambiente y culturalmente significativos. El respeto de las tradiciones y los conocimientos locales es un factor importante a la hora de comprar productos alimentarios para una gran mayoría de europeos (del 56% al 97% según los países, como muestra el último Eurobarómetro sobre agricultura). Una parte de los encuestados afirma también que compra más productos regionales.
El objetivo de los productores es satisfacer las demandas de seguridad y calidad de los consumidores y distinguir sus productos de los de la competencia mediante la diferenciación a través de la producción, la distribución, las normas de calidad y la incorporación de valor.
A menudo, la agricultura sostenible también es crucial para este grupo de consumidores. En los últimos años, ha crecido entre los consumidores la tendencia a buscar productos agrícolas sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. En consecuencia, las prácticas agrícolas sostenibles son cada vez más importantes para satisfacer las demandas de este grupo de consumidores.
La agricultura también es de vital importancia para la sociedad, el medio ambiente y la economía de la Unión Europea. Los productos agrícolas producidos en la Unión Europea reflejan la rica diversidad de las distintas tradiciones y regiones de Europa. Unas condiciones medioambientales adecuadas favorecen las actividades agrícolas, permitiendo a los agricultores utilizar los recursos naturales, crear productos y ganarse la vida.
Sin embargo, en un mundo en el que los mercados alimentarios están globalizados y existen innumerables opciones, es necesario contar con diseños legales que garanticen el origen del producto. Por ello, la Unión Europea apoya, a través del sistema de indicaciones geográficas, la protección de los nombres de productos procedentes de diversas regiones del mundo, que presentan algunas características únicas o gozan de una reputación estable, en función del territorio en el que se producen.
Los productos agroalimentarios certificados con regímenes de calidad representan un producto alimentario ideal porque se fabrican a partir de materias primas, se desarrollan según métodos de producción y tecnologías específicos en una zona geográfica bien definida.
Las indicaciones geográficas se aplican a diversos alimentos, productos agrícolas, vinos y bebidas espirituosas producidos en regiones identificadas. Protegen la reputación de nombres de productos específicos, los procesos de producción regionales y tradicionales u otros elementos esenciales (como razas locales o variedades vegetales) que conforman el patrimonio culinario en toda Europa. Estos productos se caracterizan por factores naturales de producción, tradiciones y/o procedimientos históricos específicos desarrollados a lo largo de siglos que no pueden sustituirse.
Las pequeñas y medianas empresas representan el marco ideal para una producción alimentaria de calidad (como la indicación geográfica o la ecológica), que podría avanzar hacia un desarrollo económica y socialmente sostenible.
En este contexto, la producción o procedencia de un producto se ha convertido en un factor importante para garantizar su seguridad, calidad y singularidad dentro de su contexto, ya que las connotaciones y valores emocionales asociados a un lugar pueden transferirse al producto. La Indicación Geográfica es una característica común entre las certificaciones de origen de diversos países, que vincula el nombre de un producto a su origen y experiencia cuando las características del producto están estrechamente relacionadas con ellos.
Para ayudar a proteger y promocionar los productos con características vinculadas a su origen geográfico, así como los productos tradicionales, la UE creó los logotipos de calidad, denominados «Denominación de Origen Protegida» (DOP), «Indicación Geográfica Protegida» (IGP) y «Especialidad Tradicional Garantizada» (ETG).
Garantizan que un producto de la UE es auténtico y no una imitación o falsificación, y sirven para reforzar su reconocimiento nacional e internacional. Los regímenes de calidad de la UE contribuyen a proteger el patrimonio del sector agrícola europeo y refuerzan el reconocimiento de los productos de calidad por parte de los consumidores de todo el mundo. Estos símbolos aparecen en los envases de los productos, lo que facilita su identificación en el mercado.
Los productos alimenticios tradicionales de los regímenes de calidad presentan las siguientes características:
A través de los regímenes de calidad de la UE, la Política Agrícola Común (PAC) proporciona instrumentos que ayudan a resaltar las cualidades y la tradición asociadas a los productos registrados. Algunos de esos productos han tenido y siguen teniendo mucho éxito y ampliando sus mercados, de modo que eran y son imitados y vendidos en los mercados con denominaciones próximas a las originales.
Más allá de sus fronteras, la UE toma muchas medidas para proteger la autenticidad de los productos y garantiza que los productos europeos de calidad sean reconocidos en todo el mundo. La protección de los indicadores geográficos (IG) ayuda a combatir los productos falsificados, que amenazan la reputación de los productos auténticos, locales y regionales y el sustento de sus productores.
La reforma de la política agrícola de 1992 desplazó el centro de atención de la política agrícola de la Unión Europea del apoyo a los precios al desarrollo rural, del llamado primer pilar de la Política Agrícola Común (PAC) al segundo pilar. Además, se pasó de aumentar la cantidad de alimentos a aumentar su calidad.
Estos tres reglamentos, adoptados en 1991 y 1992, son las piedras angulares de la política agrícola y de calidad alimentaria de la UE:
Los productos protegidos por estos regímenes de calidad de la UE gozan de una posición privilegiada, no sólo en lo que respecta a la protección jurídica, sino también a las ayudas financieras de la UE y a la posibilidad de que los Estados miembros concedan ayudas financieras para la promoción de estos productos.
Para todos los regímenes de calidad, las autoridades nacionales competentes de cada país de la UE adoptan las medidas necesarias para proteger las denominaciones registradas en su territorio. También deben prevenir y detener la producción o comercialización ilícitas de productos que utilicen ese nombre. Los nombres de productos no europeos también pueden registrarse como IG si su país de origen tiene un acuerdo bilateral o regional con la UE que incluya la protección mutua de tales nombres.
Propuesta para reforzar el sistema de Indicaciones Geográficas (IG)
El 31 de marzo de 2022, la Comisión adoptó una propuesta de Reglamento sobre las indicaciones geográficas del vino, las bebidas espirituosas y los productos agrícolas, y otros regímenes de calidad de los productos agrícolas. La propuesta pretende aumentar la adopción de las IG en toda la UE en beneficio de la economía rural y lograr un mayor nivel de protección de los productos, especialmente en línea.
La Comisión ha propuesto, entre otras, las siguientes medidas para reforzar y mejorar el sistema actual:
La propuesta de la Comisión es el resultado de un amplio proceso de consulta. En octubre de 2020 se publicó una evaluación de impacto inicial. A esta le siguió una consulta pública entre enero y abril de 2021, así como consultas específicas con los países de la UE y las organizaciones de partes interesadas pertinentes.
El desarrollo y el uso de los regímenes de calidad de la UE tienen múltiples intenciones y persiguen distintos objetivos.
Los más significativos son:
El módulo 3 se compone de los siguientes elementos:
El sistema de indicaciones geográficas de la UE ofrece protección a los nombres de productos de diversas regiones del mundo, que tienen algunas características únicas o gozan de una reputación estable, según el territorio donde se produzcan. Otros sistemas de certificación de calidad destacan el proceso de producción tradicional o algunos productos que se elaboran en zonas más difíciles, como las montañas.
Esta unidad ofrece a los agricultores y partes interesadas una introducción general a los regímenes de calidad de la UE y presenta en detalle las distintas posibilidades. La unidad también ofrece una visión general del proceso de solicitud. Describe qué requisitos necesarios para el proceso deben tener en cuenta los agricultores y qué deben tener presente a lo largo del mismo. Para una mayor relevancia práctica y comprensión, la unidad muestra breves ejemplos de la práctica.
Los fines y objetivos de la unidad son:
El sistema de indicaciones geográficas de la UE protege los nombres de productos originarios de regiones concretas que poseen cualidades específicas o gozan de una reputación vinculada al territorio de producción. La Unión Europea ha establecido varios regímenes de calidad en el marco de su Política Agrícola Común (PAC) para fomentar y proteger los productos agrícolas y alimenticios tradicionales y de calidad.
He aquí los tres puntos clave de los regímenes de calidad de la UE:
Los nombres de los productos pueden recibir una «indicación geográfica» (IG) si tienen un vínculo específico con el lugar donde se fabrican. El reconocimiento de la IG permite a los consumidores confiar en los productos de calidad y distinguirlos, al tiempo que ayuda a los productores a comercializar mejor sus productos.
Una IG se aplica a las bebidas espirituosas destiladas o fabricadas en la zona geográfica específica. Sólo los productos alimenticios y agrícolas están obligados a llevar los símbolos DOP/IGP en sus envases. Los símbolos de la UE son opcionales para los vinos y las bebidas espirituosas. La IG protege el nombre de una bebida espirituosa originaria de un país, región o localidad en los que la calidad particular, la reputación u otra característica del producto es atribuible esencialmente a su origen geográfico.
Ejemplo: El whisky irlandés GI se elabora, destila y madura en Irlanda desde el siglo VI, pero las materias primas no proceden exclusivamente de este país.
Otros regímenes de calidad de la UE hacen hincapié en el proceso de producción tradicional o en los productos elaborados en zonas naturales difíciles, como montañas o islas.
Producto de montaña: El término de calidad «producto de montaña» destaca las especificidades de un producto, elaborado en zonas montañosas, con condiciones naturales difíciles. Reconocerlo es una ventaja tanto para los agricultores como para los consumidores. Permite a los agricultores comercializar mejor el producto, pero también garantiza que determinadas características queden claras para el consumidor.
Producto de las regiones ultraperiféricas de la UE: La agricultura de las regiones ultraperiféricas de la UE se enfrenta a dificultades debidas a la lejanía y la insularidad, que conllevan condiciones geográficas y meteorológicas difíciles. Para dar a conocer mejor los productos agrícolas de las regiones ultraperiféricas de la UE (los departamentos franceses de ultramar -Guadalupe, Guayana Francesa, Reunión y Martinica- y las Azores, Madeira y Canarias) se ha creado un logotipo específico.
La DOP se reserva a los productos que presentan el vínculo más estrecho entre sus características y su origen geográfico. La producción y la transformación de las materias primas, hasta la fase del producto acabado, deben tener lugar en la zona geográfica delimitada cuyo nombre lleva el producto.
La etiqueta de calidad DOP representa una referencia adecuada del lugar de fabricación de los productos agroalimentarios. Así, todas las etapas de transformación, desde las materias primas hasta el producto final, deben tener lugar en una región determinada.
Tanto las materias primas como las fases de producción tienen lugar en la zona geográfica específica, y el producto final viene determinado por estos ingredientes locales y el saber hacer de los productores. En cuanto a los vinos, la condición esencial es que la materia prima (uva) proceda exclusivamente del lugar donde se produce el vino.
Una IGP también vincula un producto a una zona geográfica, por su calidad, sus características y/o su reputación. El registro de una IGP exige que al menos uno de los procesos de producción, transformación o elaboración tenga lugar en la región específica. Sin embargo, no es necesario que los ingredientes procedan de esa región. La IGP hace hincapié en la relación entre la región geográfica específica y el nombre del producto, cuando una determinada calidad, reputación u otra característica es atribuible esencialmente a su origen geográfico.
Para poder utilizar una IGP, un producto debe cumplir dos condiciones: Debe haber sido producido en la zona geográfica cuyo nombre lleva. A diferencia de la denominación de origen protegida, basta con que una de las fases de producción haya tenido lugar en la zona delimitada. Por ejemplo, las materias primas utilizadas en la producción pueden proceder de otra región. También debe existir un vínculo entre el producto y la zona que le da nombre.
Sin embargo, esta característica no tiene por qué ser, como en el caso de la DOP, esencial o exclusiva, sino que permite un vínculo objetivo más flexible. Basta con que una cualidad específica, la reputación u otra característica sea atribuible al origen geográfico. Según las normas de las IGP, el vínculo puede consistir simplemente en la reputación del producto, si debe su reputación a su origen geográfico. En este caso, las características concretas del producto no son determinantes para el registro; basta con que el nombre del producto goce de una reputación individual basada específicamente en su origen en el momento en que se presenta la solicitud de registro.
Las diferencias entre DOP e IGP están relacionadas principalmente con la proporción de materias primas del producto que deben proceder de la zona, o con la proporción del proceso de producción que debe tener lugar en la región específica. La IG es específica de las bebidas espirituosas.
La IGP también designa productos vinculados a la región cuyo nombre llevan, pero el vínculo es de naturaleza diferente, como se ha indicado anteriormente, al existente entre un producto con DOP y su zona geográfica o su origen.
Al considerar las características de las DOP y las IGP, las principales diferencias se refieren a la proporción de materias primas (al menos el 85%) que suelen ser comunes para la zona de la que proceden, pero también a las fases de producción, que deben llevarse a cabo en la región geográfica considerada. La IG es típica de las bebidas espirituosas y los vinos aromáticos.
La ETG destaca los aspectos tradicionales, como la forma de elaborar el producto o su composición, sin vincularlos a una zona geográfica concreta. La etiqueta ETG indica que el producto se ha elaborado utilizando métodos e ingredientes tradicionales, y que tiene una historia o un significado cultural específicos. Esta etiqueta ofrece a los consumidores una garantía del carácter tradicional y auténtico del producto. El hecho de que un producto esté registrado como ETG lo protege contra la falsificación y el uso indebido.
La ETG hace hincapié en muchos aspectos tradicionales, como la composición y los ingredientes, una receta específica, sin estar necesariamente vinculada a ninguna zona geográfica concreta.
Los productos agroalimentarios certificados ETG pueden ser fabricados por cualquier productor que respete este método de producción. Su carácter «específico» se refiere a las características que los diferencian de otros productos alimenticios pertenecientes a la misma categoría. Aunque los productos agroalimentarios certificados con el sistema de calidad ETG procedan a menudo de un país o una región determinados, su reputación internacional puede dar lugar a que productores de otros países se interesen por ellos.
La finalidad de este reglamento es aprovechar las características típicas de los productos mediante la concesión de un certificado de carácter específico. Así, el reglamento establece dos condiciones para el registro de un nombre de producto: el producto debe poseer características que lo distingan de otros productos y debe ser un producto tradicional.
Según las cifras actuales de la UE, existen 1867 DOP y 1324 IGP. También hay 259 indicaciones geográficas de bebidas espirituosas.
La denominación «Corrèze» es la 3500ª indicación geográfica registrada por la Comisión Europea en febrero de 2023.
El mapa de la derecha muestra las indicaciones geográficas registradas en la UE y fuera de ella. La mayoría están en Francia e Italia.
En cuanto a los aspectos económicos de las indicaciones geográficas (IG), los productos con certificación de IG presentaron un valor de ventas de 74 760 millones de euros en la Unión Europea en 2017, el 6,8 % del valor total de ventas del sector europeo de la alimentación y las bebidas, estimado en 1 101 millones de euros en 2017.
Los vinos representaron más de la mitad de este valor (39.400 millones de euros), los productos agrícolas y alimenticios el 35% (27.340 millones de euros) y las bebidas espirituosas el 13% (10.350 millones de euros).
Según el informe sobre el valor económico de las IG de la UE, se produjo un aumento del 37 % de las ventas de productos con IG (42 % incluidas las ETG) entre 2010 y 2017, lo que representa un importe de 20 200 millones de euros, que estuvo encabezado por los vinos franceses e italianos y los productos agrícolas y alimenticios italianos. Cinco Estados miembros tuvieron un valor de ventas de productos con IG superior a 5 000 millones de euros cada uno: Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y España.
Las indicaciones geográficas (IG) se venden principalmente en los mercados nacionales (58% del valor de sus ventas). El resto de las ventas se divide a partes iguales entre el mercado de la UE y también fuera de la UE.
Los productos del sistema de indicaciones geográficas de la UE son relevantes no sólo para el mercado regional/doméstico, sino especialmente para el mercado de exportación.
Los productos con denominación registrada representan el 15,4% del total de las exportaciones agroalimentarias de la UE. Los vinos siguen siendo el producto más importante tanto en términos de valor total de las ventas (51%) como de comercio extracomunitario (50%).
Dado que los productos europeos con IG representan el 15,5% del total de las exportaciones agroalimentarias de la UE, y que EE.UU., China y Singapur representan la mitad del valor de sus exportaciones, la UE dispone de fondos especiales para el desarrollo y apoyo de las IG. En 2020, el Fondo Europeo para la promoción de productos con IG dentro y fuera de la UE rondaba los 200 millones de euros.
En vista de la notable capacidad de los productos con IG para impulsar el crecimiento económico, se observa un aumento de los registros de IG en los países en desarrollo y en categorías de alimentos que antes no estaban relacionadas con el origen (por ejemplo, la pimienta de Kampot de Camboya con IGP de la UE).
Participar en los regímenes de calidad de la UE como parte de su Política Agrícola Común (PAC) puede ofrecer a los agricultores varias oportunidades y ventajas, entre ellas:
Los signos de los regímenes de calidad de la UE tienen potencial para aumentar la competitividad de los productores y añadir valor a sus productos, al tiempo que contribuyen al desarrollo territorial. Esto se debe a que ofrecen varios beneficios, como el acceso a los mercados, la preservación de la identidad cultural y precios más altos para los productos registrados como DOP, IGP o ETG. Además, uno de los beneficios que obtienen los agricultores al registrar sus productos con una IG es el derecho exclusivo a utilizar el nombre del producto.
A través de los logotipos de los regímenes de calidad de la UE, los productores agrícolas pueden comunicar a los consumidores las características y atributos de calidad del producto, garantizando así la competencia leal, los derechos de propiedad intelectual y un mercado interior integrado.
Las principales ventajas de los regímenes de calidad de la UE para los consumidores son la información fiable sobre el origen de los productos agroalimentarios, la garantía de que se trata de mercancías auténticas y no de imitaciones, y la posibilidad de reconocer productos de distintas regiones. Esto se confirma al consumidor final mediante el logotipo que figura en el envase del producto y el precio más elevado que se cobra por los productos certificados.
Los consumidores sienten cada vez más curiosidad por el origen, las características y los métodos de producción de sus alimentos, y las IG tienen el potencial de satisfacer estas demandas protegiendo e identificando el origen y el proceso de producción de un producto.
Las IG también reconocen y protegen la tradición, la biodiversidad, los conocimientos locales y el vínculo entre el producto y su región de origen. Mediante el uso de las IG, los regímenes de calidad de la UE pueden reducir la confusión sobre la compra de alimentos y garantizar a los clientes las cualidades únicas y el valor nutritivo de los productos agroalimentarios certificados.
Con el tiempo, la coherencia en las estrategias de marketing y las inversiones en marca pueden respaldar una reputación y una identidad fuertes y positivas del lugar, lo que se traduce en precios y ventas más altos.
En la mayoría de los casos, los productos con IG consiguen un sobreprecio con respecto a los productos estándar correspondientes, aunque se observó una gran variabilidad en el alcance del sobreprecio de los productos con IG. En general, un estudio demostró que el valor de venta de un producto con un nombre protegido era, por término medio, el doble que el valor de venta de un producto similar sin certificación.
Junto con los informes de la UE, los estudios también confirman los efectos positivos de las etiquetas de origen sobre las ventas y el precio. Algunos estudios validan la influencia que ejercen los lugares en las actitudes, la intención de compra y las preferencias de los consumidores. Los beneficios económicos de las IG condujeron al registro de IG en sectores distintos de los tradicionales (es decir, frutas y verduras, carnes frescas, pasta y pan, productos del mar, etc.).
En conjunto, participar en los regímenes de calidad de la UE puede ofrecer a los agricultores muchas oportunidades y ventajas. Sin embargo, es importante que los agricultores consideren detenidamente los costes y riesgos asociados a la certificación y colaboren estrechamente con los organismos de certificación y otras partes interesadas para garantizar su éxito continuado.
Es posible que los beneficios de las IG para los productores no siempre se materialicen debido a diversos obstáculos. Instituciones ineficaces, problemas de organización, desequilibrios de poder y apropiación del valor por parte de los agentes más poderosos de la cadena de suministro se señalaron como algunos de los retos que pueden impedir que los beneficios de las IG lleguen a los productores. Es importante señalar que los beneficios de las IG para los productores no son absolutos y pueden variar de una región a otra. Aunque existen dificultades, es fundamental abordar los retos y trabajar para lograr una aplicación más eficaz de las IG a fin de garantizar que los productores puedan aprovechar plenamente sus beneficios.
Los regímenes de calidad establecidos por la UE pueden plantear varios retos a los agricultores y pueden tener desventajas a tener en cuenta. He aquí algunos de ellos:
El registro de una IG exige una acción colectiva y esfuerzos considerables por parte de múltiples actores. Según los diversos regímenes jurídicos de las IG, como el marco de la UE, los agricultores y los transformadores tienen que ponerse de acuerdo sobre la delimitación de la zona geográfica, las técnicas de producción y las características de calidad del producto que figuran en el pliego de condiciones. La eficacia de estas marcas de identificación depende también de las normativas nacionales, de cómo se establezca la IG y de las interacciones entre los agentes que intervienen en el proceso de producción.
En conjunto, aunque los regímenes de calidad de la UE pueden ofrecer a los agricultores oportunidades de comercializar productos tradicionales y de alta calidad, también plantean retos como los costes de cumplimiento, la carga administrativa, el acceso limitado al mercado, los obstáculos a la innovación y el riesgo de fraude. Es preciso abordar estos problemas para garantizar la eficacia de los regímenes a la hora de fomentar la agricultura sostenible y el desarrollo rural, apoyando al mismo tiempo los intereses de los agricultores.
Participar en los regímenes de calidad de la UE puede reportar muchos beneficios a los agricultores, pero es importante considerar detenidamente los costes y requisitos de la certificación y colaborar estrechamente con los organismos de certificación y otras partes interesadas para garantizar el éxito.
Como agricultor que solicita acogerse a los regímenes de calidad de la Unión Europea, debe tener en cuenta diversos factores. Entre ellos cabe citar:
Posibles puntos de información y contacto
Los puntos de contacto iniciales para los agricultores que solicitan regímenes de calidad de la UE pueden variar según el país y la región en que se encuentren. No obstante, hay algunas opciones típicas que los agricultores pueden tener en cuenta, independientemente de su ubicación:
En general, los agricultores deberían explorar todas las opciones disponibles para obtener información y orientación sobre los regímenes de calidad de la UE y colaborar estrechamente con las partes interesadas pertinentes para garantizar el éxito del proceso de solicitud.
Cuando solicite acogerse a los regímenes de calidad de la UE como agricultor, normalmente tendrá que facilitar la siguiente información y documentación:
Deberá facilitar información detallada sobre los productos que desea certificar, incluidos su nombre, características, métodos de producción y origen geográfico.
Deberá facilitar información sobre su explotación y sus métodos de producción, incluidos datos sobre el terreno, las instalaciones y el equipo utilizados, así como información sobre la cría y alimentación de los animales utilizados en la producción.
Es posible que tenga que presentar diversos tipos de documentación, como mapas y estudios de su explotación, planes de producción y registros de sus métodos de producción.
Tendrá que pagar tasas de certificación al organismo de certificación responsable de evaluar y verificar su conformidad con el sistema de calidad pertinente.
Deberá demostrar que sus productos cumplen las normas y reglamentos establecidos por el régimen de calidad pertinente, que pueden incluir requisitos relacionados con las características del producto, los métodos de producción y el origen geográfico.
El organismo de certificación puede llevar a cabo inspecciones y auditorías de su explotación y de sus métodos de producción para verificar el cumplimiento del sistema de calidad pertinente.
El proceso de solicitud de los regímenes de calidad de la UE puede ser complejo y llevar mucho tiempo. Los agricultores deben colaborar estrechamente con los organismos de certificación y otras partes interesadas para asegurarse de que facilitan toda la información y documentación necesarias y de que comprenden los requisitos y normas del régimen de calidad correspondiente. Por término medio, transcurren unos tres años desde la presentación original de una solicitud hasta el registro definitivo.
Para registrar el nombre de un producto, los productores o agrupaciones de productores de la UE deben establecer las especificaciones del producto y el vínculo con la zona geográfica, si procede. La solicitud se envía a las autoridades nacionales para su examen y luego se remite a la Comisión Europea, que examinará la petición. Para registrar productos no comunitarios, los productores envían sus solicitudes directamente, o a través de sus autoridades nacionales, a la Comisión Europea.
La Comisión comprobará que la solicitud contiene la información requerida y que no contiene errores. El examen de la solicitud por parte de la Comisión no debe exceder un periodo de 6 meses a partir de la fecha de recepción de la solicitud del país de la UE.
La Comisión Europea ofrece una «Guía para solicitantes» en su sitio web: Registro del nombre de un producto con IG (europa.eu)
La Comisión Europea ha adoptado varios reglamentos sobre la aplicación de los regímenes de calidad de la UE al sector agrario y alimentario. La normativa, que abarca el contexto más amplio de los regímenes de calidad para este sector, incluidas las indicaciones geográficas y las especialidades tradicionales garantizadas, también explica cómo utilizar los logotipos en relación con cada régimen, cómo deben aplicarse los regímenes y cubre las directrices de etiquetado de los productos agroalimentarios que utilizan DOP o IGP como ingredientes. Los distintos reglamentos están disponibles en inglés en el sitio web de la UE.
Si es usted agricultor y tiene intención de acogerse a los regímenes de calidad de la Unión Europea, debe seguir una serie de trámites específicos. Estos trámites pueden incluir:
Los productos que están siendo considerados o a los que se les ha concedido el reconocimiento de IG están inscritos en registros de indicaciones geográficas. Los registros también incluyen información sobre las especificaciones geográficas y de producción de cada producto.
Las IG solicitadas e inscritas en los registros de la Unión pueden consultarse en eAmbrosia (la base de datos oficial de registros de IG de la UE), mientras que tanto las IG de la UE como las de terceros países protegidas en virtud de acuerdos pueden consultarse en el portal GIview.
Establecer indicaciones geográficas a favor del desarrollo sostenible El producto vinculado a su origen puede convertirse en el eje central de un proceso de mejora del sistema territorial. El uso de estas denominaciones puede contribuir a la conservación de los sistemas agroalimentarios y sociales relacionados, permitiendo a los actores locales alcanzar la sostenibilidad desde una perspectiva económica, sociocultural y medioambiental.
La posibilidad de iniciar un proceso de vinculación de un producto con una calidad específica vinculada a un origen concreto depende de la existencia de tres requisitos previos fundamentales, que son los siguientes:
El enfoque colectivo: Permite la coordinación y colaboración de los agentes a pequeña escala a lo largo de la cadena de suministro, creando una sólida red territorial. Esta colaboración permite a las partes interesadas locales, incluidos los productores y los sectores público y privado, poner en común recursos y conocimientos. Trabajando juntos, las pequeñas empresas pueden competir con entidades más grandes, acceder a nuevos mercados y garantizar unos ingresos justos a los productores. Además, el enfoque colectivo garantiza la confianza de los consumidores al mantener la calidad y la trazabilidad de los productos. También apoya el uso sostenible de los recursos locales, preserva la biodiversidad y contribuye a la dimensión social y cultural de la comunidad.
Gracias al enfoque colectivo, las actividades rurales pueden mantenerse, diversificarse y ampliarse, evitando la emigración. Los productos vinculados al origen, con sus sistemas de producción tradicionales, promueven prácticas sostenibles y reducen el impacto ambiental. Al concienciar sobre la importancia de preservar los recursos naturales, el enfoque colectivo contribuye a la sostenibilidad medioambiental. También salvaguarda la biodiversidad protegiendo las especies endémicas y las variedades adaptadas localmente. Además, el enfoque colectivo refuerza los vínculos sociales, empodera a las comunidades locales, preserva el patrimonio cultural y fomenta el sentimiento de identidad entre la población.
Aunque existen diferentes interpretaciones a nivel mundial, en la UE hay varias opciones disponibles en función de la fuerza de la conexión entre el producto y su origen:
El código de prácticas o pliego de condiciones establece las normas de uso de una indicación geográfica (IG). Su elaboración es una fase crucial, ya que da lugar a las normas voluntarias que los productores deben cumplir si quieren utilizarla. Incluye la definición del producto (nombre, características físicas y organolépticas, métodos de producción, ingredientes, aditivos y elaboración), la zona delimitada correspondiente y un plan de control para garantizar la conformidad de un producto con IG con los requisitos. Las normas deben ser:
El documento de especificaciones debe incluir los dos tipos de requisitos siguientes: medios relacionados con el proceso y resultados relacionados con el producto final.
El control debe basarse en un sistema de garantía que verifique la conformidad del producto con los tres componentes principales siguientes:
Es importante recordar que: las únicas normas útiles son las que pueden cumplirse y controlarse eficazmente, y los únicos controles útiles son los que pueden dar lugar a sanciones o recompensas.
No obstante, dada la heterogeneidad de los productores, siempre debe permitirse un cierto grado de flexibilidad que permita cierta mediación.
Para delimitar un territorio hay que tener en cuenta cuatro criterios fundamentales:
Existen distintos tipos de sistemas:
Las relaciones entre los productores individuales, las organizaciones colectivas de IG y otros productores de IG implican una mezcla de competencia y colaboración. Cada productor debe determinar cómo se alinea su estrategia de comercialización con la estrategia colectiva y cómo se diferencia de los demás miembros de la IG. La elaboración de un plan estratégico de comercialización es crucial para las organizaciones de IG, ya que ayuda a establecer estrategias a largo y corto plazo y objetivos compartidos entre los miembros. El plan de marketing estratégico implica el análisis del mercado para comprender las motivaciones de los consumidores, sus actitudes, la competencia y las oportunidades, así como la segmentación, la orientación y el posicionamiento para desarrollar una estrategia de marketing eficaz. El análisis del mercado implica estudiar el entorno empresarial, los competidores y los consumidores. La segmentación implica dar prioridad a los segmentos para los esfuerzos de marketing, mientras que el posicionamiento tiene como objetivo establecer una percepción distinta del producto en la mente de los consumidores, a menudo con la ayuda de un logotipo como símbolo de calidad.
Es la aplicación práctica del plan estratégico de marketing, teniendo en cuenta el Código de buenas prácticas de las IG. Implica la combinación de cuatro factores operativos:
Las Indicaciones Geográficas (IG) pretenden garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los recursos naturales y humanos del sistema. Esto implica una distribución justa del valor, la preservación de los recursos y la biodiversidad. Los agentes locales desempeñan un papel vital a través de la capacitación, la gestión colectiva y el trabajo en red. Los sistemas de seguimiento y evaluación son necesarios para evaluar el impacto de las estrategias en la sostenibilidad. El sistema de IG debe dar prioridad a las dimensiones económica, social y medioambiental, al tiempo que tiene en cuenta las repercusiones de las distintas partes interesadas y comunica los efectos positivos.
Las normas de los productos con Indicación Geográfica (IG) no son fijas y pueden modificarse para adaptarse a los nuevos retos. Los cambios deben mantener la calidad específica y el vínculo territorial del producto. Los sistemas de IG deben evolucionar para garantizar la sostenibilidad y la reproducción de los recursos locales. Entre las razones que justifican los cambios de las normas figuran la demanda del mercado, las preferencias de los consumidores, la información científica, las innovaciones técnicas y las preocupaciones por la sostenibilidad. Las partes interesadas desempeñan un papel en la mejora de la sostenibilidad del sistema. El proceso de modificación de las normas debe ser objeto de un cuidadoso examen, contar con la participación de los productores locales y respetar la normativa legal.
Los productos con IG permiten ampliar las estrategias territoriales aprovechando los recursos, la reputación y las tradiciones locales para mejorar la competitividad de toda la comunidad. El turismo rural y los productos con IG tienen efectos sinérgicos, y los actos y atracciones culturales apoyan la comercialización de los productos con IG. El éxito de la aplicación requiere la participación de las partes interesadas locales, el fomento de la cohesión social y el reconocimiento de los recursos locales específicos. Los agentes públicos desempeñan un papel crucial a la hora de facilitar estrategias de desarrollo integradas y tener en cuenta los aspectos sociales, culturales y medioambientales. Las asociaciones entre la comunidad rural, el sector privado y el gobierno son esenciales para aprovechar los recursos locales, generar oportunidades económicas y promover los productos locales. Las políticas que ponen de relieve el patrimonio gastronómico y facilitan la promoción de los productos locales contribuyen al éxito de la estrategia territorial ampliada.
La protección de la Indicación Geográfica (IG) implica dos enfoques principales:
Las marcas comerciales, incluidas las marcas de certificación y colectivas, se utilizan habitualmente para proteger las IG, junto con otros derechos de propiedad intelectual como las patentes y los diseños industriales. El registro es fundamental para definir a los usuarios legítimos y garantizar la protección de las IG. Sin embargo, la elección de los instrumentos jurídicos depende de contextos específicos, con distintas ventajas, limitaciones y costes.
Las partes interesadas locales buscan algo más que la prevención del uso indebido; desean una codificación general, la protección de las características del producto y el reconocimiento oficial. Es necesaria una protección temprana para evitar el uso genérico y la expropiación de las IG. La sensibilización del público, el aprovechamiento de las plataformas en línea y la participación en las asociaciones pertinentes contribuyen a salvaguardar las IG.
Un marco jurídico eficaz para la protección de las IG requiere normas claras, la participación de las partes interesadas, transparencia y mecanismos de aplicación. El proceso de registro debe ser transparente y accesible, especialmente para los pequeños productores. La aplicación coordinada y la participación de las partes interesadas son fundamentales. La difusión de información y las iniciativas de capacitación refuerzan la eficacia del marco jurídico.
Las políticas públicas desempeñan un papel vital en el apoyo a los sistemas de Indicación Geográfica (IG) creando condiciones favorables, maximizando los efectos positivos y garantizando la sostenibilidad. Implican un enfoque proactivo, equilibrando las iniciativas públicas y privadas, e implicando a diversas partes interesadas a distintos niveles. Los instrumentos políticos se diseñan en consulta con las partes interesadas locales para apoyar cada fase de la IG, fomentando la transparencia, la representación y las estrategias adaptadas para una aplicación satisfactoria.
Las indicaciones geográficas (IG) tienen aspectos tanto positivos como problemáticos. Aunque pueden ser activos valiosos para los países, no siempre son factibles o comercialmente viables. Seguir una estrategia de IG puede no ser siempre la respuesta óptima, y otras intervenciones como el fortalecimiento institucional o las prácticas de calidad pueden ser más apropiadas. El desarrollo de IG exitosas requiere importantes recursos y una estrategia bien pensada. Las IG son limitadas en número y no son fáciles de conseguir, pero pueden aportar beneficios a las regiones y a los consumidores. Sin embargo, la protección de las IG por sí sola no es suficiente para su éxito; un entorno propicio y factores como la calidad y la coherencia son cruciales.
Los costos de desarrollar y explotar una IG incluyen la definición de los límites, el establecimiento de vínculos con empresas comerciales, los gastos jurídicos, la adaptación de los métodos de producción y los ajustes organizativos. Por otro lado, entre los beneficios de las IG figuran el aumento de las ventas, la subida de los precios, el acceso a nuevos mercados y los incentivos.
Cada IG tiene unos costes y unos beneficios únicos, en los que influyen factores como la capacidad de la agrupación de productores, la combinación de productos, la infraestructura y el apoyo público. Para determinar la viabilidad del desarrollo de una IG es necesaria una estrategia sólida respaldada por un análisis de costes y beneficios. Las IG transmiten características únicas de los productos y proporcionan una ventaja competitiva duradera basada en los métodos tradicionales y el terroir.
Sin embargo, puede resultar difícil definir los límites, adaptar las prácticas de producción y mantener la protección contra el uso indebido. Las IG exigen unos costes administrativos y burocráticos constantes, pero ofrecen beneficios en términos de carácter distintivo y ventaja comercial.
El proceso de registro de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) o una Denominación de Origen Protegida (DOP) en la Unión Europea (UE) implica varios pasos y criterios. He aquí un resumen de los puntos clave:
Los factores clave del éxito de las Indicaciones Geográficas (IG) pueden resumirse del siguiente modo:
Cuando piense en crear una denominación geográfica, debe tener en cuenta algunos puntos clave:
Este módulo ofrece una visión de las nuevas tendencias alimentarias de nuestro tiempo.
Los patrones siempre cambiantes de lo que a la gente le gusta comer hacen que explorar las tendencias alimentarias sea un reto y, al mismo tiempo, interesante.
¿Cuáles serán en el futuro las tendencias alimentarias en la cocina casera, los ingredientes más populares, las bebidas más apreciadas, etc.?
Es difícil predecir la tendencia, su ocurrencia, su volumen y su duración, por supuesto, pero es posible adquirir experiencia en el campo de las tendencias emergentes y los mercados emergentes.
Este módulo se centrará en las nuevas relaciones entre productores y consumidores de alimentos para nichos de mercado, como el patrocinio, los modelos de suscripción, los grupos de compra, los bienes comunes, etc.
Hoy en día, las explotaciones agrícolas ofrecen una amplia gama de especialización o diversificación.
La estructura, tanto a nivel operativo como organizativo, tiende a hacerse cada vez más compleja en todos los ámbitos relevantes de la actividad agraria, desde la producción hasta la venta, pasando por la transformación y el envasado.
Los agricultores ofrecen todo tipo de medios básicos para la vida: alimentos, piensos, energía, fibra.
Si nos centramos en los alimentos, hay una enorme variedad de formas de producir, procesar y vender un producto.
Dependiendo del acceso al mercado B2B o B2C, el agricultor necesita preparar su infraestructura en diferentes condiciones a lo largo de la cadena de valor añadido hasta llegar al consumidor final.
Por ejemplo, el carácter perecedero de los productos es un factor importante, así como la necesidad de refrigeración o cualquier tipo de medio de conservación a lo largo de la cadena de valor añadido.
Un ejemplo bastante vívido podría verse en la comparación de un huevo con un filete de pollo o de una patata con un microgreens.
Si el agricultor quiere entrar en estos mercados, tiene que garantizar unas condiciones especiales de almacenamiento o una alta velocidad de proceso desde la producción hasta la venta.
¿Qué es la estrategia «de la granja a la mesa»?
Esta decisión político-social conduce a nuevos campos de innovación en el marco del acuerdo verde, así como de ESG.
Tanto si posee una explotación a pequeña o gran escala como si es de estilo industrial, hay tendencias punteras que pueden reconocerse en el marco mencionado.
Las tendencias que se mencionan a continuación son ejemplares y no pretenden ser exhaustivas.
Un producto de calidad y en buena cantidad beneficia obviamente a los agricultores. Por ello, cada vez son más populares las tecnologías que garantizan una mayor calidad o aseguran las cantidades para las condiciones específicas. Por ejemplo, la biotecnología edita esencialmente el ADN y el ARN de los productos, dándoles más posibilidades de alcanzar la madurez con defectos mínimos. Al modificar genéticamente los cultivos, la bioingeniería los protege de enfermedades e influencias externas dañinas como los insectos.
La Tierra tiene un 70% de agua, pero más del 95% está en los océanos. Esto significa que en realidad no hay mucha agua dulce, que es esencial para la agricultura. En consecuencia, la optimización del agua ha sido y seguirá siendo una prioridad.
La tecnología e incluso las primeras herramientas con inteligencia artificial muestran su utilidad para las innovaciones en el riego; por ejemplo, los sensores pueden detectar fugas y averías de forma instantánea y automática. Como resultado, los sistemas de riego pueden repararse antes, lo que reduce la pérdida de agua por fugas.
Sin embargo, el agua sigue siendo una parte tan esencial de la agricultura que nunca puede haber una solución única. Las soluciones para reducir el consumo de agua seguirán desarrollándose y mejorando en los próximos años.
La agricultura vertical lleva la producción vegetal a entornos interiores controlados donde la luz, la temperatura, la humedad y el aire se gestionan para optimizar la producción. Las granjas verticales pueden construirse más cerca de las zonas urbanas donde vive la mayoría de la población, lo que aumenta el acceso a productos más frescos y reduce los costes de almacenamiento y transporte de esos artículos.
Esta tendencia puede reducir la cantidad de emisiones de carbono que supone transportar por camión productos de climas más cálidos a los que tienen temporadas de cultivo más cortas y animar a la gente a comprar productos cultivados localmente en sus propias comunidades.
Sin embargo, parece difícil que los agricultores se posicionen realmente en este mercado. Dependiendo del producto, la clave puede estar en entregar la calidad y la cantidad estándar antes y después de la temporada alta.
Varias tecnologías pueden ayudar a proporcionar a los agricultores datos sobre la vida de su suelo y sus microbios, permitiéndoles tomar decisiones mejores y más inteligentes sobre sus explotaciones. Por ejemplo, algunas tecnologías pueden favorecer la producción de alimentos sanos y seguros protegiendo al mismo tiempo la biodiversidad del suelo, mientras que otras fomentan la descomposición del nitrógeno para acceder a compuestos beneficiosos.
Las tecnologías de monitorización que proporcionan datos sobre la temperatura del suelo, la humedad, la salud de las plantas y los niveles de nutrientes también pueden ayudar a los agricultores a determinar prioridades procesables de forma regular. Gran parte de esta información puede compartirse y ser accesible a través de Internet de las Cosas, lo que da a los agricultores de hoy acceso a big data.
En lo que respecta a la sostenibilidad, los agricultores deben encontrar formas de utilizar con mayor precisión los fertilizantes y las tecnologías de control de plagas para minimizar la exposición y reducir los residuos, sin dejar de aumentar la calidad de la producción de alimentos.
Hoy en día, tecnologías como los drones pueden apoyar esta agricultura precisa plantando semillas, inyectando fertilizantes como el nitrógeno solo donde sea necesario y regando de manera óptima. Estas tecnologías ayudarán a los agricultores a maximizar el rendimiento con los mínimos recursos.
El GPS y otras tecnologías pueden ayudar a precisar las prácticas agrícolas, proporcionando los datos espaciales y de localización necesarios para impulsar un uso más exacto de los recursos.
Siguiendo con el tema de una mayor sostenibilidad, las prácticas agrícolas seguirán buscando formas de cerrar el ciclo de producción, devolviendo nutrientes al suelo mediante la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura, trabajando para minimizar el laboreo y aprovechando la salud general de los cultivos para desalentar enfermedades y plagas.
Este planteamiento de conservación se centra en la regeneración de la capa superficial del suelo, el fomento de la biodiversidad, la mejora del uso del agua y el aumento de la salud del suelo. Incluye una amplia gama de tecnologías y prácticas, como el reciclaje de residuos agrícolas, el uso de compost de otras fuentes y el empleo de métodos de cultivo sin labranza.
Hay que encontrar formas de regenerar el suelo para aumentar la seguridad alimentaria y minimizar el impacto que la industria agrícola tiene en nuestro medio ambiente en general, protegiendo el mundo para las generaciones venideras.
Relacionado con la agricultura regenerativa, el rewilding es una práctica que trabaja para restaurar un área de tierra a su estado natural, lo que significa replantar un conjunto diverso de especies en esa área en particular. Así se fomenta el crecimiento de plantas autóctonas de la zona, que tienen más probabilidades de sobrevivir y prosperar. Esto no sólo embellece el espacio, sino que también proporciona aire y agua más limpios, restaura los nutrientes del suelo y mitiga la erosión y los efectos del clima extremo.
La reforestación también absorbe carbono de la atmósfera al restaurar zonas como turberas, praderas y zonas boscosas, y ayuda a la fauna a adaptarse a los cambios climáticos y medioambientales.
Aunque muchas de las tendencias en tecnología agrícola están diseñadas para servir a grandes conglomerados agrícolas, la gestión de operaciones de activos puede ofrecer funcionalidad de nivel empresarial a explotaciones de cualquier tamaño. Asset Operations Management permite agilizar el flujo de trabajo, profundizar en la elaboración de informes y análisis, optimizar los recursos y mejorar la visibilidad y el control.
A medida que las explotaciones agrícolas de todo el país busquen formas de hacer frente a las demandas estacionales y del mercado, recurrirán a soluciones de gestión de operaciones de activos para ayudar a racionalizar su mantenimiento, fiabilidad y operaciones en 2023.
A medida que las explotaciones agrícolas de todos los tamaños vayan entrando en el nuevo año, éstas y otras tendencias similares dictarán las prioridades de las más prósperas. Aunque muchas de estas mejoras están orientadas a aumentar la calidad, el rendimiento y la rentabilidad de las explotaciones agrícolas, la mayoría también están diseñadas para ayudar a aumentar la seguridad alimentaria general y minimizar el impacto sobre nuestro medio ambiente.
Las tendencias mencionadas y otras similares dictarán las prioridades de los más exitosos.
Aunque muchas de estas mejoras están orientadas a aumentar la calidad, el rendimiento y la rentabilidad de las explotaciones agrarias, la mayoría también están diseñadas para contribuir a aumentar la seguridad alimentaria general y minimizar el impacto sobre nuestro medio ambiente.
El ZukunftsInstitut es un thinktank que siempre trata de identificar tendencias de futuro. En su Informe sobre la Alimentación 2023 muestra también un mapa de tendencias alimentarias.
En el Informe sobre la Alimentación 2023 se describen las tendencias alimentarias:
Se observan 3 tendencias alimentarias:
El modelo establecido de envío de alimentos y piensos por todo el mundo aprovechando las diferencias en los ciclos económicos, el crecimiento y la inflación, que implica enormes cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero y ejerce una gran presión de costes y rendimiento sobre los productores locales, está empezando a desmoronarse.
New glocal puede dar respuesta a la enorme convulsión del sistema alimentario globalizado. Refleja el deseo de una nueva proporción, más sensata, entre los alimentos producidos localmente y los importados globalmente.
El movimiento de la tendencia hacia la glocalización se ve impulsado por una fuerte dinámica: las consecuencias ecológicas de una industria alimentaria globalizada calan cada vez más en la conciencia pública. Las carencias y escaseces en tiempos de pandemia ya mostraron las dependencias de las cadenas de suministro globalizadas y su fragilidad. A continuación, las crisis geopolíticas llamaron más inquietantemente la atención sobre la vulnerabilidad del sistema.
El nuevo glocal no parece ser una tendencia pasajera, sino un presagio de la próxima etapa evolutiva en la producción mundial de alimentos, en la que prevalecerá un nuevo enfoque en la regionalidad y la agricultura sostenible con restricciones resistentes a las estructuras internacionales y globales. Poco a poco, esto conducirá también a una reorientación del surtido disponible en los supermercados y a una expansión del comercio internacional directo.
Casi todas las cocinas del mundo incluyen platos que siempre han sido veganos. Sin embargo, a muchas personas socializadas en culturas de alimentación omnívora que desean evitar alimentos derivados de animales en su dieta les resulta difícil seguir un plan de comidas equilibrado y diverso.
La industria alimentaria no es la única que reacciona ante esta situación con la creación de productos sustitutivos cada vez más sofisticados para «veganizar» los platos tradicionales. En el mercado de los libros de cocina y en innumerables plataformas de recetas aparecen instrucciones sobre cómo preparar platos tradicionales «sin animales».
Las alternativas veganas a ciertos platos tradicionales se convertirán en habituales en nuestros repertorios culinarios. Al igual que el chili sin carne se ha hecho tan conocido como el chili con carne, habrá alternativas equivalentes de éxito similar a otros clásicos de una amplia gama de cocinas.
La forma en que producimos los alimentos hoy en día está contribuyendo como causa al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad. A diferencia de lo que a veces sugieren las dietas de estilo de vida, las dietas sostenibles no acaban con la cuestión de lo que comemos. La cuestión de cómo se producen nuestros alimentos desempeña un papel crucial. Incluso los alimentos de origen vegetal o los ingredientes de los platos veganos pueden tener un impacto negativo en términos de energía y sostenibilidad si se cultivan de forma no regenerativa, consumiendo demasiada agua o reduciendo la cantidad de humus del suelo.
La alimentación regenerativa, es decir, la producción de alimentos según los criterios de la agricultura regenerativa, ofrece una respuesta previsora a la amenaza del cambio climático, además de fomentar la diversidad de especies vegetales en las que se basa la dieta humana. Por tanto, este método agrícola proporciona más variedad en nuestros platos.
En un futuro próximo, los alimentos regenerativos atraerán la atención de los aficionados a la alimentación concienciados con el medio ambiente y serán un elemento diferenciador para las marcas y los productos de primera calidad. A medio plazo, los métodos de agricultura regenerativa se convertirán en un componente junto a otras técnicas de cultivo importantes, como la agricultura orgánica, la permacultura y los métodos de baja tecnología, que contribuyen a la transformación mayor y urgentemente necesaria de la agricultura.
Los cambios en la cultura alimentaria siempre tienen implicaciones de gran alcance para el desarrollo de productos, las estrategias de marketing y la gestión de la cadena de suministro de las empresas del sector alimentario y, por tanto, también para los agricultores, independientemente de si se dedican a la comercialización directa B2C o a la entrega a socios comerciales en el nivel B2B.
La influencia del cambio de las culturas alimentarias también llega a las industrias adyacentes y a la política: a la configuración de las leyes de protección del consumidor, las políticas agrícolas y las directrices medioambientales. Los motores del cambio son múltiples, porque la comida es emocional; los cambios en los valores éticos y ecológicos de los consumidores se manifiestan en los alimentos, al igual que sus exigencias gustativas.
Las tendencias alimentarias mencionadas reflejan este cambio y crecen inicialmente en nichos antes de cambiar gradualmente el sistema alimentario con las innovaciones que inician. Conocer y comprender estas evoluciones de la cultura alimentaria es, por tanto, esencial para prepararse desde el principio para el cambio como organización en toda la fied de la alimentación.
En el contexto de la sostenibilidad y de una especie de ola verde, se están imponiendo varios estilos de vida nuevos que, además de los conceptos básicos de necesidades vitales, vivienda, energía, movilidad, afectan también a los hábitos alimentarios y de consumo.
A continuación se presentan 3 de estos estilos de vida a modo de ejemplo.
La abreviatura «LOHAS» designa a un grupo de personas cuyo estilo de vida está orientado hacia la conciencia de la salud y la sostenibilidad. El fenómeno llamó la atención del sociólogo estadounidense Paul Ray en 2000, quien describió el movimiento en su libro «The Cultural Creatives: Cómo 50 millones están cambiando el mundo». El grupo se vio espoleado por los debates sobre la protección del clima, las catástrofes naturales y la manipulación genética. El inicialmente pequeño grupo de «creativos culturales» se ha hecho cada vez más popular en los últimos años. Sólo en Alemania, unos 12,5 millones de personas siguen este estilo de vida alternativo.
LOHAS se ha propuesto mejorar la situación del mercado mundial de forma sostenible mediante el consumo selectivo de productos ecológicos y de comercio justo. Quieren que las empresas sean más transparentes y actúen con mayor conciencia medioambiental. Sin embargo, su orientación es menos política e ideológica que sensorial y estética.
Los LOVOS son un subgrupo de los LOHAS. Actúan y viven según el lema: menos es más. Por eso también se les considera verdaderos minimalistas que llegan a ser felices en la vida reduciendo el consumo. Aquí puedes descubrirlo todo sobre este estilo de vida.
La palabra LOVOS significa «Lifestyle of Voluntary Simplicity», es decir, simplicidad voluntaria a través de la renuncia consciente. Con su estilo de vida sencillo, LOVOS piensa en el futuro, porque da la espalda a la sociedad acomodada que solo consume sin pensar.
Las personas que eligen una vida sencilla por convicción y, por tanto, voluntariamente, suelen estar bien. La decisión se toma en contra de la abundancia material, en favor del tiempo como bien supremo. Los LOVOS valoran las actividades compartidas con la familia o los amigos, pero también el tiempo para sí mismos, más que pasar el rato frente al televisor.
El reducetarianismo es la práctica de comer menos carne -carne roja, aves y marisco-, así como menos lácteos y menos huevos, independientemente del grado o la motivación. Este concepto es atractivo porque no todo el mundo está dispuesto a seguir una dieta de «todo o nada». Sin embargo, el reducetarianismo sigue incluyendo a veganos, vegetarianos y cualquier otra persona que reduzca la cantidad de productos animales en su dieta.
Los alimentos funcionales son alimentos enriquecidos con ingredientes adicionales que se anuncian como beneficiosos para la salud. Sin embargo, los efectos específicos sobre la salud no han sido suficientemente probados científicamente.
Los ingredientes añadidos son principalmente vitaminas, minerales, cultivos bacterianos y ácidos grasos insaturados. Hasta ahora, no existe una definición legal de estos productos en Europa. Por tanto, pueden encontrarse en el mercado alemán como alimentos de consumo general, como el yogur probiótico, o como alimentos dietéticos, como la margarina enriquecida con esteroles vegetales, así como productos de bienestar, por ejemplo bebidas o productos lácteos con extractos herbales de ginseng, aloe vera, ginkgo o isomaltulosa.
Los alimentos funcionales deben distinguirse claramente de los complementos alimenticios, como los preparados vitamínicos o minerales, que se ofrecen en forma concentrada y dosificada, como comprimidos o polvos.
La comida sana incluye ciertos alimentos que pueden ayudar a mantener la salud o incluso aliviar dolencias.
La alimentación sana no es más que una dieta sana y equilibrada.
Para mantenerse sano a largo plazo o prevenir ciertas enfermedades relacionadas con la alimentación, como las cardiovasculares o la obesidad, es esencial el aporte de vitaminas, minerales y oligoelementos.
Los compuestos secundarios de las plantas también influyen en muchos de nuestros procesos metabólicos. La calidad de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas desempeña un papel fundamental en la selección de alimentos.
Las necesidades de una dieta sana pueden satisfacerse con una variedad de alimentos de origen vegetal y animal, aunque las personas que siguen una dieta vegana necesitan fuentes adicionales de vitamina B12.
Instituciones médicas y gubernamentales publican diversas guías nutricionales para educar a las personas sobre lo que deben comer para estar sanas.
Las etiquetas de información nutricional también son obligatorias en algunos países para que los consumidores puedan elegir entre los alimentos en función de los componentes relevantes para la salud.
Como la vida cotidiana suele ser estresante y no es fácil acceder a una comida equilibrada, muchas personas optan por la comida rápida, siguen una dieta unilateral o se saltan comidas.
Una tendencia en nutrición es que cada vez más gente quiere seguir una dieta sencilla pero equilibrada; ésta es la idea que subyace a Smart Food, una categoría de alimentos con un perfil nutricional completo que se pueden consumir rápida y fácilmente en cualquier momento.
Smart Food no sustituye a la alimentación clásica a base de alimentos frescos y de calidad. Una dieta variada y comer juntos son esenciales.
Smart Food puede llenar un vacío importante: Justo cuando no se tiene tiempo o acceso a comida sana, los alimentos samrt encajan perfectamente en la acelerada vida cotidiana y ofrecen una alternativa equilibrada, deliciosa y práctica.
El término superalimento se utiliza desde principios del siglo XX, pero sólo se ha generalizado en los últimos años.
No existe una definición oficial o jurídicamente vinculante del término.
El término se utiliza para describir un alimento rico en nutrientes considerado especialmente beneficioso para la salud y el bienestar.
El Centro Europeo de Información Alimentaria denomina superalimentos a «alimentos, especialmente frutas y verduras, que tienen mayores beneficios para la salud que otros alimentos debido a su contenido en nutrientes».
Superalimento es un término de marketing que describe alimentos con supuestos beneficios para la salud.
En parte, los efectos positivos para la salud asociados a determinados alimentos se basan en correlaciones científicamente probadas.
Sin embargo, es cuestionable cómo estos hallazgos científicos, obtenidos por ejemplo en condiciones de laboratorio, con experimentos con animales o administrando dosis muy elevadas, pueden trasladarse a las dietas reales.
Los alimentos respetuosos con el clima se han cultivado o criado de forma sostenible para el medio ambiente. Esto significa que se han producido utilizando métodos que no causan daños al medio ambiente, como el uso de pesticidas o fertilizantes.
Además, su producción requiere menos agua y energía que la de otros alimentos.
Siguiendo la pauta de muchas otras tendencias alimentarias de 2023, quienes dispongan de medios para comprar carne y huevos criados en pastos pueden estar interesados en hacer el cambio.
La razón tiene múltiples facetas: En los últimos años, las dudosas granjas industriales han perdido el favor del público, y cada vez son más los consumidores que prefieren comprar carne y huevos de granjas pequeñas y locales donde los animales se crían de forma ética, con mucho espacio y dietas naturales.
También hay un componente sanitario. En comparación con el ganado criado en granjas industriales, los animales alimentados con pasto tienen menos probabilidades de sufrir brotes de bacterias peligrosas como el e coli, el estafilococo o la salmonela. La calidad también es significativamente mayor: se argumenta que la carne de vacuno alimentado con pasto contiene menos grasas saturadas, niveles más bajos de ácidos grasos omega-6 inflamatorios y niveles más altos de vitaminas que la carne de vacuno alimentado con grano típica de una granja comercial.
Comprar productos criados en pastos puede ser caro, pero a medida que la gente se aleja de las dietas centradas en la carne, está más dispuesta a pagar por una mayor calidad en cantidades más pequeñas.
Los estilos de vida y los nichos alimentarios mencionados van acompañados de nuevos tipos de funciones en los mercados. La típica relación productor-consumidor está cambiando y adaptándose. Hay nuevos roles que difieren del diseño típico del mercado, en el que el productor produce y el consumidor consume en cuanto llega al producto.
Aunque el término es relativamente nuevo, el prosumo ha estado muy extendido a lo largo de la historia. Antes de la Revolución Industrial, la mayoría de la gente era prosumidora, ya que cazadores, recolectores y agricultores cubrían las necesidades de sus propias familias y comunidades.
El prosumo se diferencia del consumo porque los prosumidores desempeñan un papel activo en la producción de los bienes y servicios que consumen. Algunos prosumidores realizan trabajo no remunerado ofreciendo bienes y servicios gratuitamente, y productores y consumidores pueden colaborar para desarrollar nuevos productos. Mientras tanto, el prosumo para consumo propio o para compartir, el llamado bricolaje o proyectos «hágalo usted mismo», y el prosumo cooperativo entre iguales son bastante comunes. Lo que todas las formas de prosumo tienen en común es que los prosumidores crean valor juntos y transforman el bien o servicio antes de consumirlo.
Los contextos mencionados abren un amplio campo de oportunidades, de posibilidades, márgenes y perspectivas para la USP como agricultor a nivel de explotación individual o sobre la base de buenas asociaciones y colaboraciones a lo largo de la cadena de valor añadido.
Al mismo tiempo, todo este espacio abierto que hay que diseñar supone un reto tanto para el sector agrícola en su conjunto como para la explotación individual.
Las tendencias, los estilos de vida -aunque se basen en un consumo reducido o en productos sostenibles u orgánicos- en el fondo necesitan inversión. Y, por supuesto, existe cierto riesgo para quien invierte basándose en sus propias predicciones sobre el mercado.
Por muy convencido que esté el agricultor o el empresario rural de haber identificado y abordado un nicho de mercado sobre todo y de poder alcanzar una buena y justa parte de los márgenes, tan fuerte puede ser su error sobre el nicho en absoluto y sobre cuánto tiempo duraría para ser interesante.
Las siguientes diapositivas nombran de forma ejemplar algunas nuevas relaciones entre productores y consumidores que desembocan en nuevas formas no sólo de comunicarse y relacionarse, sino también de financiarse.
Los nuevos modelos en la relación productor-consumidor pueden utilizarse para una amplia gama de inversiones en las explotaciones, desde animales hasta explotaciones enteras, pasando por maquinaria e infraestructuras.
En consecuencia, las situaciones de inversión y los importes invertidos son diferentes.
En la práctica, se utilizan como complemento y no como alternativa a los préstamos bancarios.
Algunos de los modelos parecen más adecuados para situaciones de puesta en marcha, pero pueden adaptarse a todas las situaciones de la vida de una empresa.
A la hora de pensar estratégicamente en el plan de negocio y financiación, hay que planificar de forma integrada el marketing, la captación de consumidores y su mantenimiento.
Los modelos integrados de comunicación y financiación no se limitan a recaudar fondos. Por lo tanto, el agricultor también debe pensar si su empresa puede hacer tangible la producción de alimentos para los ciudadanos y crear un contacto directo con ellos, y de qué manera.
Es importante reconocer que estos esfuerzos requieren tiempo para la administración, las relaciones públicas y la comunicación con quienes aportan dinero a su empresa.
Teniendo en cuenta estos esfuerzos es una regla, tales medios no son más baratos que la financiación bancaria. Y la relación personal con los consumidores conlleva una responsabilidad especial, sobre todo si un proyecto fracasa.
El patrocinio de una explotación no sólo aumenta la producción y los ingresos de los pequeños agricultores, sino que también reporta intereses al patrocinador. Un patrocinador apoya a una explotación para que el agricultor pueda gestionar los recursos durante las distintas estaciones de cultivo, desde la preparación de los campos hasta la siembra, la escarda, la cosecha y la comercialización.
Punto de partida:
El mercado de líneas de crédito garantizadas por suscripción Las líneas de crédito, también conocidas como «llamadas de capital» o «compromisos de capital» («líneas de suscripción»), siguen creciendo rápidamente.
A medida que el mercado de las facilidades de suscripción sigue creciendo, la funcionalidad de las facilidades de suscripción también ha evolucionado.
Una línea de capital es una línea de crédito que se concede para cubrir otras necesidades de financiación.
Con la liquidez proporcionada por las facilidades, los agricultores/empresarios ganan flexibilidad y seguridad de financiación, junto con un alivio operativo.
Dentro de la actividad agraria, podemos considerar que la Agricultura Apoyada por la Comunidad (AAC) es algo similar: es un tipo de comercialización directa, consiste en una comunidad de individuos que se comprometen a apoyar una explotación agraria para que la tierra de cultivo se convierta, legal o espiritualmente, en la granja de la comunidad, con los cultivadores y los consumidores apoyándose mutuamente y compartiendo los riesgos y los beneficios.
En la mayoría de los casos se puede llegar a una prefinanciación del negocio operativo, lo que supone mucha más seguridad para el productor.
Un grupo de compras (GP) es una entidad creada para aprovechar el poder adquisitivo de un grupo de empresas y empresarios con el fin de obtener descuentos de los proveedores basados en el poder adquisitivo colectivo de los miembros del GP.
Muchos PG se financian mediante tasas administrativas pagadas por los proveedores que el PG supervisa. Otros se financian con las cuotas que pagan los miembros compradores. Otros se financian mediante una combinación de ambos métodos.
Estas cuotas pueden fijarse como un porcentaje de la compra o como una cantidad fija anual. En algunos PG, la participación es obligatoria para los miembros, mientras que en otros es totalmente voluntaria. La participación de los miembros se basa en sus necesidades de compra y en su confianza en los precios competitivos negociados por sus PG.
Los bienes comunes son los recursos culturales y naturales a disposición de todos los miembros de una sociedad, incluidos los materiales naturales como el aire, el agua y una tierra habitable. Estos recursos son bienes comunes aunque sean de propiedad privada o pública.
Los ejemplos tradicionales de bienes comunes son los bosques, la pesca o los recursos hídricos subterráneos, pero el término bienes comunes se utiliza cada vez más para una gama más amplia de ámbitos, como los bienes comunes del conocimiento, los bienes comunes digitales, los bienes comunes urbanos, los bienes comunes sanitarios, los bienes comunes culturales, etc.
A partir del siguiente ejemplo es fácil ver el reto que supone la gestión y el uso sostenibles de un bien común por parte de los individuos y de una comunidad. En este ejemplo, un prado es el bien común:
Los Comunes pueden mantener 100 vacas. Cien granjeros traen una vaca cada uno, y el prado produce suficiente forraje. Pero cada granjero piensa: «Si traigo una vaca más, duplico todos mis ingresos y sólo consumo un 1% de los bienes comunes». Si los 100 granjeros piensan esto, todos traen una vaca extra, y 200 vacas sobrepastorean rápidamente los bienes comunes. Rápidamente, los recursos compartidos se utilizan en exceso.
Las praderas se recuperan rápidamente. Pero otros recursos pueden sobreexplotarse más allá del punto de recuperación.
Las tendencias emergentes y los mercados en constante cambio afectan a la agricultura y al empresariado rural.
El desplazamiento y el cambio de los papeles de los consumidores y los productores en el mercado hacia nuevos extremos y hacia una mezcla de ambos conlleva riesgos y oportunidades.
Hoy en día, dirigirse a un nicho de mercado con un producto o servicio que tenga «carácter autónomo» puede verse respaldado e incluso impulsado por otras reflexiones sobre la implicación del consumidor.
Un producto excelente unido a la participación del consumidor puede ayudar a alcanzar una USP única.
Al mismo tiempo, por supuesto, es necesario tener en cuenta que este camino hacia nuevas funciones y el mantenimiento de una relación vital requiere mucho trabajo continuo en el ámbito de las relaciones con los clientes.
La agricultura se ha desarrollado durante los últimos 50 años como una industria, aumentando continuamente la productividad y la producción de alimentos, en todos los países desarrollados con la consecuencia de reducir la biodiversidad, despoblar las zonas menos montañosas y de montaña y poner en peligro la seguridad alimentaria de las comunidades rurales tradicionales. Las indicaciones geográficas, DOP, IGP y ETG tienen como objetivo mantener la diversidad de las especies y sus ecosistemas y proteger y apoyar los valores de propiedad intelectual del patrimonio tradicional aportándoles un valor añadido como garantía de autenticidad.
Los fines y objetivos de la unidad son:
Durante generaciones, la agricultura ha sido la fuente de multitud de especies y hábitats que hoy merecen ser protegidos. La industria agrícola ha puesto cada vez más en peligro la biodiversidad y la fertilidad del suelo con el objetivo de aumentar la cantidad de producción de alimentos. Un uso sostenible de las tierras agrícolas es primordial para proteger la biodiversidad, preservar los paisajes culturales y evitar el abandono de las tierras. Los sistemas de indicación geográfica pueden contribuir a que la biodiversidad agrícola tenga más valor en los mercados, esté protegida de los fraudes de imitación y sea un motor de recuperación del desarrollo rural local.
La biodiversidad agrícola garantiza la peculiaridad y a veces la unicidad del producto agroalimentario. De este modo, el producto, o la receta, se convierte en un símbolo distintivo de la tradición alimentaria y gastronómica de un territorio y a veces llega a representar una verdadera identidad cultural. Estos productos se adaptan por tanto a nichos de mercado. La indicación geográfica puede dar mayor relieve internacional y certificar la garantía de su calidad con la certificación europea.
El patrimonio tradicional representado por la biodiversidad agrícola propiedad de un grupo de agricultores, o de una comunidad rural, puede considerarse, en términos de garantía de calidad y de motor territorial, una especie de innovación de productos y procesos. De hecho, los productores agrupados en el consorcio bajo una marca común dirigida a un nicho de mercado que se transforma en indicación geográfica, dan un salto cualitativo en el mercado que les proyecta hacia una identidad dirigida ya no a un mercado local, sino a un público y una audiencia internacionales. Este cambio puede contribuir a mantener zonas agrícolas de alto valor patrimonial alimentario, a proteger la biodiversidad y el paisaje, a practicar una agricultura sostenible, a garantizar la seguridad alimentaria de la comunidad y a demostrar que los promotores son también más capaces de resistir a las crisis económicas y medioambientales que caracterizan nuestro tiempo. Este efecto virtuoso también se denomina RESILIENCIA.
La actividad de organizar las fases de confrontación y los procesos de toma de decisiones puede ser estimulada por asociaciones agrarias, grupos de agricultores con intereses productivos, económicos, culturales, sociales y medioambientales similares, comerciantes y partes interesadas del sector alimentario, grupos de acción local, comunidades rurales, asociaciones medioambientales y responsables políticos. Esta fase de actividad ascendente es fundamental para el crecimiento de grupos motivados y organizados que puedan crear un consorcio de productores orientado a la valorización de la biodiversidad agrícola.
La colaboración con el mundo académico y de la investigación también puede surgir de estos momentos de debate y toma de decisiones, permitiendo un intercambio de temas científicos y experiencias prácticas sobre el terreno.
La implicación de los agricultores en la Arquitectura Verde de la nueva PAC 2023-2027 como miembros de un consorcio de indicaciones geográficas (DOP-IGP-TSG) se muestra en un contexto en el que la biodiversidad se potencia como uno de los puntos focales.
Este enfoque relativo a la modulación de las intervenciones basado en el principio del mantenimiento de la biodiversidad mediante la colaboración entre los distintos sujetos es coherente con los objetivos generales de la PAC post-2020. Estos objetivos, fijados a escala europea, se dividen en 9 objetivos específicos, articulados en torno a 3 ámbitos de sostenibilidad (económico, medioambiental y social).
Un sector agrícola inteligente, resistente y diversificado que garantice la seguridad alimentaria
Refuerzo de la protección Medio ambiente y acción por el clima Contribución a la consecución de los objetivos medioambientales y climáticos de la UE
Fortalecimiento de la estructura socioeconómica de las zonas rurales
El objetivo transversal «Promover y compartir el conocimiento, la innovación y la digitalización» muestra cómo el tema del conocimiento y la innovación ocupa un lugar central en la PAC 2023-2027. Se hace mucho hincapié en el enfoque sistémico y en la coordinación de los distintos profesionales. En cada Plan Estratégico Nacional (PEN) hay una sección dedicada a la estrategia AKIS sobre «Sistemas de conocimiento e innovación en el ámbito agrícola«.
Objetivo transversal de modernización, intercambio de conocimientos, innovación y digitalización (Art. 5)
Cada PEN contiene una sección sobre el fomento del intercambio de conocimientos, la innovación y las tecnologías digitales en la agricultura (art.102)
Apoyo al asesoramiento, la formación, la innovación y el intercambio de conocimientos en materia de desarrollo rural (Arts. 71, 72 73)
Continuación de la asociación europea para la innovación agrícola (Arts. 113, 114)
Objetivos de desarrollo sostenible, Green Deal, Farm to Fork Strategy, visión a largo plazo para las zonas rurales, promover las normas alimentarias europeas de alta calidad y «…reforzar el sistema de indicaciones geográficas. Es una pieza clave para mantener la alta calidad y los estándares de los alimentos y garantizar que nuestro patrimonio cultural, gastronómico y local se preserve y se certifique como auténtico en todo el mundo» (Comisión Europea. plan estratégico sobre el sistema de indicaciones geográficas 2019-2024)
Estos objetivos sólo pueden alcanzarse mediante una colaboración activa de todos los recursos humanos implicados, múltiples actores, incluidos los centros de investigación/académicos y los responsables políticos, los agricultores y sus asociaciones representativas, los profesionales de los servicios de asesoramiento, los fabricantes agrícolas y los representantes comerciales, que contribuyan a mejorar e implementar la cadena de suministro de conocimientos e innovación en el sector agrícola.
Las experiencias realizadas, sobre todo a partir de los años setenta hasta la fecha, demuestran que los conservadores de semillas y los bancos de germoplasma han contribuido conjuntamente a recuperar la biodiversidad constituyendo una barrera a la erosión progresiva de la misma. En algunos casos, las especies iniciales de semillas o de cría de animales salvadas han podido expandirse, convirtiéndose en patrimonio de grupos más amplios de agricultores, convirtiéndose en un símbolo del territorio y en una producción de éxito conocida por los consumidores. Estos casos se debieron sobre todo a una combinación de factores, partiendo de los agricultores en relación con los estudios genéticos, históricos, agronómicos, gastronómicos/de transformación tradicionales y de mercado, y favorecidos por una financiación pública y privada acorde con el mercado. El siguiente paso puede ser a menudo la protección de la indicación geográfica como garantía de origen y manual de producción. La indicación geográfica, DOP, IGP o ETG, puede de hecho contribuir, cada una de ellas de manera diferente, a establecer la propiedad intelectual de los agricultores reunidos en un consorcio y regular el derecho a utilizar el nombre del producto. La reconocibilidad y la unicidad del nombre sirven, pues, para garantizar el origen del producto y sus características, que lo convierten en patrimonio de un territorio concreto.
No toda la biodiversidad, a pesar de ser importante para los agricultores y la comunidad rural, consigue crear los intereses necesarios para crear un consorcio de productores. Sin embargo, existen formas de reconocimiento, por ejemplo por parte de los Ayuntamientos de esa zona geográfica, o mercados y ferias campesinas que representan la capacidad de dar a conocer y extender la fama de esos productos de nicho de mercado en la zona. Estas oportunidades no deben ignorarse, sino cultivarse e incrementarse, reuniendo a grupos de agricultores que continúen la producción, a investigadores que caractericen las cualidades del producto y a asociaciones agrícolas y organismos públicos que apoyen los mercados y ferias de agricultores. Si no se desarrolla una iniciativa real por parte de los agricultores, las asociaciones y las autoridades locales pueden tomar la iniciativa de crear las condiciones necesarias para la celebración de mercados de agricultores, iniciativas populares de comida callejera, festivales y celebraciones de productos locales en los que también participen testimonios y chefs.
El turismo enogastronómico se está consolidando cada vez más como una de las motivaciones de viaje más importantes y un recurso único para las zonas rurales. Una demanda creciente de esta forma de turismo, que busca productos de nicho de mercado, incluye todos aquellos aspectos que caracterizan hoy en día la demanda turística o el interés por la cultura, las tradiciones, la autenticidad y la sostenibilidad. Se ha demostrado, a través de numerosos estudios (The World Tourism Organization, Second Global report on Gastronomy Tourism, 2017), que este tipo de turismo es un eficaz motor de desarrollo local sostenible a través de su transversalidad capaz de involucrar a diferentes sectores económicos, agricultura y alimentación, artesanía y servicios, pero también tiene efectos positivos en la conservación de las tradiciones locales, y la protección de la biodiversidad local y los paisajes tradicionales.
La biodiversidad agrícola puede protegerse mejor jurídicamente mediante una certificación de indicación geográfica liberada dentro del procedimiento europeo. Esto también garantiza la protección del producto alimentario ampliada a escala internacional. Evidentemente, es necesaria una masa crítica de productores que se adhieran al consorcio y que reconozcan y sigan el manual de producción aprobado. Por lo tanto, es necesario construir un proceso ascendente de agregación de productores y puesta en común de orígenes históricos y técnicas agronómicas y alimentarias consolidadas dentro de un expediente común que constituirá la base del proceso de solicitud y aprobación de la indicación geográfica. Es importante subrayar la estrategia ascendente que subyace a la construcción del consorcio, y que sustenta toda la hipótesis de lograr el reconocimiento de la indicación geográfica que pretende adquirir. Esto no excluye que incluso un pequeño grupo de productores pueda promover la solicitud de reconocimiento, pero requiere la decisión del grupo promotor de compartir un camino común y de asumir también las cargas burocráticas, financieras y administrativas. Por este motivo, es una buena práctica que los investigadores, las asociaciones de agricultores y los responsables políticos a nivel local y regional contribuyan a la fase de creación de la solicitud y de los expedientes que deben presentarse.
Tras el éxito de las iniciativas de los regímenes de calidad de la UE, como la agricultura ecológica y las DOP, IGP y ETG, han surgido redes nacionales e internacionales que apoyan el movimiento de protección de los nombres de productos específicos para promover sus características únicas, vinculadas a su origen geográfico y a sus conocimientos tradicionales.
A nivel europeo se creó en 2003 la Organización para una Red Internacional de Indicaciones Geográficas, ORIGIN, con sede en Ginebra, como alianza mundial de Indicaciones Geográficas (IG) de una gran variedad de sectores, que representa actualmente a 577 asociaciones de productores y otras instituciones relacionadas con las IG de 40 países.
Existen iniciativas sinérgicas, basadas en la creación de redes, el apoyo jurídico y el fortalecimiento de las indicaciones geográficas a nivel europeo y mundial, entre la Comisión Europea y la red ORIGIN, para desempeñar un papel importante destinado a proteger los derechos de propiedad intelectual en las negociaciones comerciales entre la UE y otros países.
Existe un único hilo conductor que une los esfuerzos de comunidades rurales, grupos de conservadores de semillas y organizaciones nacionales e internacionales que hacen de la defensa de la biodiversidad y el medio ambiente su batalla común. Hoy en día, con las crecientes amenazas a la biodiversidad agrícola, al paisaje tradicional y a las comunidades rurales que defienden la seguridad alimentaria y los sistemas de producción de las pequeñas explotaciones, es fundamental proteger y recuperar el patrimonio agroalimentario de los territorios. Esto debe empujar a los agricultores y a las comunidades rurales a buscar el apoyo necesario y un punto de aterrizaje en las indicaciones geográficas, así como en las estructuras y redes nacionales y europeas que constituyen su defensa. Igualmente importante es que esta defensa no esté dominada por patrones burocráticos e invasivos, sino que se base precisamente en la comunidad de productores como base y fundamento del crecimiento y la resiliencia. Debe buscarse un justo equilibrio entre las comunidades rurales y la gobernanza de los territorios y sus producciones para hacer más eficaz y sostenible la protección del patrimonio rural y la conservación de la biodiversidad y de las capacidades productivas locales.
En el camino del crecimiento de las producciones locales a través del conocimiento y la recuperación de los recursos genéticos y de las técnicas agronómicas y agroalimentarias, ancianos y jóvenes agricultores que se dedican a la defensa de sus territorios y de sus comunidades, constituyen el pacto para la conservación de estos valores y de las especies autóctonas. Las tecnologías digitales que los jóvenes saben utilizar pueden contribuir a conservar en el campo y hacer más sostenibles las producciones que expresan la biodiversidad, pero la base siguen siendo los conocimientos ancestrales que los mayores son capaces de transmitir a las jóvenes generaciones. De nuestro estudio preliminar del estado de la cuestión en los cuatro países participantes en el proyecto NMF surgieron estudios de casos que ponían de relieve la importancia de los recursos genéticos y el proceso de comprensión de sus cualidades desde la genética hasta el campo y la mesa. Algunos de los promotores de los estudios de caso pasaron de la producción individual inicial al consorcio y luego a las indicaciones geográficas, algunos están en vías de solicitar IG y otros no tienen previsto hacerlo, ya que los productores no tienen masa crítica o no se han puesto de acuerdo sobre este compromiso.
Algunos problemas pueden dificultar el procedimiento de obtención de la certificación de indicación geográfica. Además de la dificultad de reunir una masa crítica suficiente de productores, creando también un proceso virtuoso que permita un posicionamiento rentable del producto nicho en el mercado, la elaboración del expediente para la solicitud puede plantear algunos problemas. De hecho, es esencial demostrar la historicidad del producto reconstruyendo su localización territorial y la denominación histórica que se remonta al menos 25 años antes de la nominación. Los aspectos jurídicos y administrativos del acuerdo entre productores y los análisis genéticos de las distintas poblaciones del producto que representan la biodiversidad también pueden representar un obstáculo. La contribución de los investigadores, las asociaciones agrarias y los responsables de la región y los territorios implicados es fundamental para el éxito de la iniciativa.
En esta unidad se describen las nuevas tendencias más populares en el año 2023 en relación con los nichos de mercado, con especial atención al estilo de vida saludable. Hay tres tendencias principales elaboradas en esta unidad. En primer lugar, encontrará la respuesta a la pregunta de qué son los alimentos funcionales. Podrá diferenciar entre alimentos convencionales y enriquecidos y verá qué categorías de alimentos pueden calificarse de alimentos funcionales.
Además, la unidad elabora la definición de superalimentos, dando ejemplos nacionales y un estudio de caso de Polonia.
Por último, pero no por ello menos importante, el tercer capítulo habla de los diversos aspectos de la agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente, introduciendo el concepto de alimentos inteligentes y sus beneficios para la salud de las personas.
Los alimentos naturales que pueden enriquecerse o alterarse se denominan alimentos funcionales. Además de aportar nutrientes, promueven la salud. En general, también puede mejorar la salud y el bienestar. Puede disminuir el riesgo de contraer ciertas enfermedades, en particular las llamadas enfermedades de la civilización. Su requisito fundamental es que debe parecerse a un alimento normal. Además, debe tener efectos positivos en dosis que puedan satisfacerse con una dieta típica y bien equilibrada. También es crucial recordar que no pueden ser ni comprimidos ni cápsulas. Los portadores de sustancias bioactivas en los alimentos funcionales son artículos de consumo habitual como los productos lácteos, los cereales y los zumos de frutas.
Es importante entender las diferencias entre el concepto de alimentos funcionales y alimentos enriquecidos, ya que no son lo mismo aunque a menudo se confundan:
Mediante la incorporación de ingredientes biológicamente activos, los alimentos enriquecidos (también denominados suplementos o alimentos modificados) se elaboran para compensar las pérdidas de nutrientes que se producen durante el proceso de producción. Esto implica que alimentos procesados como la leche, la harina y los zumos se enriquecen con vitaminas que de otro modo se perderían. A los alimentos modificados se les ha aumentado su valor nutritivo añadiéndoles ingredientes adicionales como vitaminas, minerales, probióticos o fibra.
Por otro lado, los alimentos funcionales son totalmente naturales y están enriquecidos con componentes que mejoran la función corporal, promueven la salud u ofrecen protección frente a una enfermedad concreta. Los llamados alimentos convencionales se componen en realidad de alimentos integrales ricos en vitaminas vitales, minerales, antioxidantes y grasas cardiosaludables.
Los alimentos de diseño son otro nombre para los alimentos funcionales.
Se puede obtener de dos formas distintas. La primera es el método tradicional, pero utiliza materias primas procedentes de cultivos únicos o cultivados bajo estrictas directrices. Se puede obtener utilizando modificaciones biotecnológicas o una selección especial de variedades. Esta acción tiene como objetivo aumentar la cantidad de componentes que promueven la salud o disminuir la cantidad de componentes que tienen efectos negativos para la salud en la materia prima.
En la literatura mundial, la división más común de los alimentos puede encontrarse por finalidad o por composición.
Teniendo en cuenta su finalidad, los alimentos funcionales pueden dividirse, entre otros, en:
para bebés, mujeres embarazadas y lactantes, deportistas y ancianos.
Por su composición, los alimentos funcionales pueden dividirse en:
En la siguiente tabla se enumeran los ingredientes bioactivos más importantes utilizados para enriquecer y fortificar los alimentos.
Todos los grupos de productos enumerados en la tabla ya se han estudiado y utilizado en el diseño de alimentos durante muchos años.
| Componentes bioactivos | Ejemplo | Efectos beneficiosos para la salud |
|---|---|---|
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Prebióticos |
Inulina, oligofructosa, oligogalactosa |
Estimulación del desarrollo de la flora intestinal probiótica, previene el estreñimiento, reduce los niveles de colesterol en sangre. |
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Probióticos |
L. acidophilis, L. plantarum, L. rhamnosus |
Prevención del estreñimiento, reducción del colesterol sanguíneo, estimulación del sistema inmunitario. |
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Fibra alimentaria |
Pectinas, betaglucanos, carragenanos, lignanos |
Antiestreñimiento y anticáncer de colon, reducción de los niveles de colesterol en sangre |
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Aminoácidos |
Péptidos, proteínas Carnitina, taurina, hidrolizados de proteínas, concentrados de proteínas |
Garantiza la estructura adecuada de los tejidos, regula los procesos metabólicos y facilita la absorción de minerales. |
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Colina y lecitina |
Soja, colza |
Mejora el sistema nervioso, facilita la digestión de las grasas |
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Vitaminas |
B, D y A, C, E |
Regulación de los procesos metabólicos, estimulación del sistema inmunitario, neutralización de los radicales libres |
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Polioles |
Sorbitol, xilitol, isomalt |
Reducción de los niveles de glucosa en sangre. |
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Ácidos grasos poliinsaturados |
Grupo Omega-3 |
Contrarresta las enfermedades cardiovasculares, mejora los procesos metabólicos. |
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Minerales |
Calcio, magnesio, hierro, zinc, selenio, yodo, manganeso |
Asegura la correcta mineralización ósea, regula los procesos metabólicos, estimula el sistema inmunitario. |
Los superalimentos son alimentos que están ganando mucha popularidad en el mercado.
Es el nombre común de los alimentos ricos en vitaminas, minerales y nutrientes, como las especias, las frutas, las verduras y el pescado. Incorporar superalimentos a tu dieta es una forma saludable de aportar a tu organismo nutrientes esenciales.
Estos alimentos son simplemente una opción mucho más saludable que los suplementos en forma de pastillas. Los antioxidantes, que ralentizan el envejecimiento celular y evitan la formación de radicales libres, están presentes en todos los superalimentos. Por ello, a menudo se les denomina antibióticos naturales, que también reducen el riesgo de cáncer.
Aunque no existe una única definición estricta de la palabra, la forma más sencilla de decirlo es que los «superalimentos» son simplemente alimentos extremadamente ricos en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes: son súper en todos los sentidos. En consecuencia, el consumo de productos de esta categoría conduce a un mayor bienestar, que también está ligado a un buen estado general del organismo.
La mejor forma de evitar los suplementos no naturales en forma de bebidas y cápsulas es optar por distintos tipos de superalimentos. Hoy en día, los superalimentos están disponibles no sólo en las tiendas naturistas, sino también en todos los hipermercados e incluso en pequeñas verdulerías locales.
¿Cómo es posible? Aunque los superalimentos populares, como las bayas de acai, las semillas de chía, conocidas como chía o camu camu, parecen más bien exóticos, muchos productos valiosos, como las cebollas y el ajo, pueden encontrarse en los menús tradicionales.
Superalimentos como la raíz de maca, las bayas de goji y las semillas de chía han despertado un gran interés entre los consumidores por su origen exótico y su gran número de ingredientes beneficiosos para la salud. Comprarlos no debería ser difícil, ya que algunos de ellos están disponibles en grandes hipermercados desde hace años. Buscar especias, frutas o verduras de otra latitud es una excelente manera de añadir variedad a las comidas diarias.
Entre los superalimentos más populares figuran:
Aunque mucha gente asocia los superalimentos principalmente con especias y frutas exóticas, conviene saber que se pueden encontrar en cualquier verdulería de Polonia.
El ajo es uno de los superalimentos más valiosos de la cocina polaca, ya que es un valioso antibiótico natural que combate virus, bacterias y hongos.Por su intenso sabor, tiene muchos admiradores y detractores. Por sus propiedades saludables, puede añadirse a sopas, salsas o ensaladas.
La remolacha es otro superalimento polaco de gran calidad. El color original y el sabor dulce de estas verduras no lo son todo; lo más importante es la riqueza en vitaminas y minerales que contienen.
Las personas que sufren carencia de hierro deben recurrir a la remolacha, ya que una ración de esta hortaliza aporta suficiente hierro. Con ellas se puede hacer masa madre casera: el líquido es ideal para beber en ayunas o como base de sopa de remolacha roja.
Todos los productos Purella se prueban y certifican. Las normas BIO/Orgánicas se aplican en toda la cadena de suministro para garantizar el cumplimiento de los requisitos de calidad desde la propia cosecha, pasando por la producción, hasta la entrega al consumidor final.
La certificación BIO/Orgánica también es una garantía de que durante el cultivo y la producción sólo se utilizan métodos ecológicos, y de que la tierra en la que se trabaja está limpia y libre de metales pesados y otros contaminantes.
Cada uno de los productos de Purella cuenta con la certificación NO OGM, lo que significa que ninguno de ellos ha sufrido modificaciones para acelerar su crecimiento. Además de la certificación de las materias primas, los productos Purella se someten periódicamente a pruebas de laboratorio para comprobar su contenido en gluten, así como la presencia de metales pesados y contaminantes.
La definición de «comida inteligente» incluye que sea buena para usted, que ofrezca excelentes beneficios nutricionales y para la salud, que sea buena para el medio ambiente, que se produzca de forma sostenible y que sea buena para el agricultor.
Comer con inteligencia: así podría definirse en dos palabras el concepto de alimentos inteligentes. Los alimentos ecológicos son más caros que los convencionales, por lo que sólo pueden comprarlos los ricos o quienes se preocupan por el medio ambiente. Las campañas a favor de los alimentos ecológicos, sin embargo, tendrán como objetivo promover un desarrollo agrícola sostenible.
Hoy, gran parte de nuestros alimentos lo son:
Uno de los objetivos de smartfoods es ofrecer soluciones sociotecnológicas innovadoras para la producción y el consumo sostenibles de alimentos con el fin de crear una ciudad sostenible e inteligente en el futuro. El objetivo es animar a los residentes a producir alimentos por sí mismos y cambiar el comportamiento doméstico para:
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha desarrollado la idea de «agricultura climáticamente inteligente», cuyo objetivo es aumentar la productividad agrícola de forma sostenible, incrementar la resistencia de la agricultura al cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que pueden contribuir a aminorar los efectos del cambio climático. La localización de estos objetivos les ayudará a alcanzar todo su potencial al tiempo que proporcionan a los usuarios finales alimentos inteligentes.
Puede decirse que la obesidad es una epidemia de las sociedades modernas. La gente puede tomar muchas medidas para adelgazar, como dietas drásticas, ejercicio intenso y cirugía. Cada año, las empresas farmacéuticas se superan en la producción de píldoras para adelgazar, y aparecen en el mercado miles de libros que describen las últimas «dietas milagrosas».
Después de la slow food y la comfort food, ha llegado la hora de la smart food, o comida inteligente. Uno de los péptidos del estómago (GLP-1) es el que provoca la sensación de saciedad e indica al cerebro cuándo ha llegado el momento de terminar una comida. Así, el problema de la obesidad podría desaparecer rápidamente si esa información llegara al cerebro mucho antes.
Así funciona la comida inteligente. La comida inteligente pretende aumentar nuestro centro de saciedad e informar a nuestro cerebro mucho antes de que ya estamos llenos. Esto solucionará el problema de comer en exceso, que es una de las causas más comunes del sobrepeso. Comer alimentos que contienen productos especiales nos recuerda que nuestro estómago está lleno. Sin embargo, no se puede negar que se trata de una imitación de la estimulación artificial para ayudar a controlar el apetito.
Sin embargo, los aperitivos azucarados y salados y la comida rápida alteran el centro de saciedad humano y hacen que sea difícil resistirse a ellos. La mayoría de las veces, cuando abrimos un paquete de patatas fritas, acabamos comiendo una o dos patatas. Esto es comparable a un paquete de palitos salados o patatas fritas pequeñas, que tienen unas 250 kcal, y nuestro apetito no hace más que aumentar después de comerlas. Todo se debe a sustancias como la sal común, el aspartamo o el glutamato monosódico, que pueden provocar una adicción similar a la de las drogas.
Los principios dietéticos de Smart Food constan de dos fases. En primer lugar, se centra en conocer el propio cuerpo. Hay que tener en cuenta el índice de masa corporal (IMC), la distribución de la grasa corporal (tipo de cuerpo manzana, pera, etc.), el estado de salud y la dieta diaria.
El segundo paso es un escalonamiento inteligente. La transición a este estilo de alimentación debe hacerse lentamente. Hay que acostumbrarse a sabores menos dulces y salados. Entonces las neuronas dejarán de demandarlos y el movimiento será más vigoroso. La estacionalidad también es un principio importante de la dieta, lo que significa que el menú diario debe adaptarse a la estación, así como a la temporada de crecimiento de verduras y frutas.
Para la dieta Smart Food, basta con limitar el consumo de carne. Dos veces por semana debes tomar entre 70 y 100 gramos de carne.Lo mejor es la carne blanca de ave o conejo sin piel. Si elige carne roja, debe evitar la piel. Las carnes curadas deben eliminarse de nuestro menú, y a veces podemos comer jamones de larga curación.
Diversos cambios en las preferencias de los consumidores, avances en la ciencia de la nutrición y una comprensión cada vez mayor de la importancia de la dieta en la salud general son algunos de los factores que influyen en la aparición de tendencias de alimentación sana. He aquí algunas causas importantes del aumento de las tendencias de comida sana:
El sistema de indicaciones geográficas de la UE ayuda a los consumidores a identificar un producto con un territorio específico y es una herramienta valiosa para los agricultores de nichos de mercado, ya que proporciona reconocimiento, protección y ventajas de mercado a sus productos únicos y vinculados a una región.
Aprovechando las ventajas del sistema de certificación de la UE y aplicando estrategias eficaces de marketing y creación de marca, los agricultores pueden mejorar la perspectiva de mercado de sus productos agrícolas, llegar a una base de consumidores más amplia y lograr una mayor rentabilidad, preservando y promoviendo al mismo tiempo la identidad cultural y geográfica de su región.
El objetivo de esta unidad es ofrecer a los agricultores y a las comunidades rurales nuevas oportunidades de aumentar su presencia, su papel y sus ingresos dentro de la cadena de suministro alimentario.
Los productos nicho están estrechamente ligados al territorio, tanto por las cualidades medioambientales que determinan su existencia como por el papel que desempeña en términos de comunicación y comercialización.
El mercado de productos nicho certificados ayuda a los consumidores a identificar un territorio concreto con una producción determinada, guiándoles para que descubran no sólo las excelencias productivas, sino también el patrimonio gastronómico y los tesoros paisajísticos de las zonas rurales.
El territorio, entendido como contenedor cultural, se convierte en generador de externalidades positivas, desempeñando un papel central en la conexión entre las producciones de nicho y sus mercados.
La estrategia de nicho de mercado (o estrategia de mercado objetivo) se basa en la capacidad de identificar y evaluar los atributos del producto y las percepciones del consumidor dentro de segmentos de mercado específicos. El objetivo es encontrar grupos de consumidores con características y comportamientos homogéneos dentro del grupo, diferenciados de los que están fuera de él. El consumidor desempeña un papel central en el mercado, ya que hemos pasado de un mercado de masas a un mercado de las masas. Esto se convierte en un factor primordial para las pequeñas y medianas empresas a la hora de organizar su modelo de negocio. El papel del cliente/consumidor/ciudadano es central a la hora de organizar las estrategias de comunicación, marketing y comercialización de productos alimentarios nicho. El esquema de denominación europeo, la certificación ( es biológica) o presidi como slow food, emparejan los productos con su segmento específico de mercado: el nicho de mercado
Valorizar significa crear valor (y, por tanto, ingresos). La creación de valor se basa en una interacción compleja y continua entre el mundo de la producción y las necesidades expresadas por la sociedad.
El concepto de valor en las producciones típicas es realmente estratégico; es proporcional a la percepción que tiene el consumidor, no sólo del producto nombrado, sino también del territorio como contexto cultural que influye en el consumidor final a la hora de elegir la compra. Esto va más allá de la dicotomía tradicional de utilidad/conveniencia, abarcando factores que pertenecen a la esfera emocional experiencial y los aspectos intangibles del producto que hacen que un consumidor esté dispuesto a pagar un precio superior.
el consumidor desempeña un papel fundamental en la cadena de valor como destinatario de todas las estrategias y elecciones de la empresa. El esquema de denominación europea, además de garantizar las cualidades organolépticas y de identidad de un territorio, representa la seguridad que da la marca colectiva, colaborando así con el consumidor en su viaje de compra.
El recorrido del cliente es la suma completa de las experiencias por las que pasan los clientes/compradores cuando interactúan con su empresa y su marca. En lugar de examinar solo una parte de una transacción o experiencia, el recorrido del cliente documenta la experiencia completa de ser cliente.
Esto es esencial porque, teniendo en cuenta el recorrido del cliente/consumidor, podemos evaluar y supervisar nuestra relación con el mercado. Al identificar los puntos de contacto más eficaces, podremos comprender el recorrido de compra de nuestro público objetivo con el objetivo de alcanzar unabase de consumidores fieles. A través del análisis del recorrido del consumidor podemos entender si tenemos alguna laguna y ajustarla para reunir una base de consumidores más amplia.
La biodiversidad agrícola, junto con las etiquetas, influye en las producciones y en el territorio, afectando directamente al mercado tanto en términos de precio como de penetración. Tras un cuidadoso análisis del escenario de mercado en el que se sitúa la producción de la empresa, es esencial tomar las decisiones correctas que permitan a la empresa alcanzar la máxima rentabilidad respetando la confianza y los valores de la empresa.
Para aumentar el potencial de penetración en el mercado, es conveniente proceder a la diversificación de las líneas de productos emprendiendo una diversificación interna de los productos, incluso bajo la misma etiqueta, segmentando la oferta en un enfoque de micronivel para penetrar en diferentes mercados con capacidades de compra, gustos y necesidades variables. lo que significa aplicar, por ejemplo, diferentes técnicas de transformación, logotipo, envasado, canales de distribución y estrategias de comunicación.
Tomando como ejemplo la variedad Gamay (véase la siguiente diapositiva), podemos ver cómo en la misma zona, aplicando diferentes técnicas enológicas y de etiquetado, es posible producir un vino dirigido a diferentes mercados, respondiendo a diferentes gustos, maridajes y capacidad adquisitiva.
Desarrollar este tipo de diversificación proporciona una mayor seguridad en términos de riesgo, dada la volatilidad de los productos nicho.
La diversificación de las producciones agrícolas y la multifuncionalidad de las empresas son estrategias importantes para los agricultores que tratan de adaptarse a un entorno agrícola en constante evolución. Estos enfoques ayudan a reducir el riesgo, mejorar la estabilidad económica y aprovechar al máximo los recursos disponibles, contribuyendo así a la sostenibilidad y el éxito de las empresas agrícolas, tanto en términos de eficacia como de rentabilidad.
Reducción de riesgos: Al cultivar una gama de productos, los agricultores pueden reducir su exposición a los riesgos asociados a un solo cultivo o a factores como el clima y las fluctuaciones de precios.
Mayor estabilidad económica: La diversificación puede ayudar a estabilizar los ingresos de las explotaciones, ya que los distintos cultivos pueden tener ciclos de producción y de mercado diferentes.
Acceso a diversos mercados: La diversificación puede permitir a los agricultores acceder a diversos mercados.
Optimización de los recursos: Haciendo un uso más exhaustivo de sus recursos agrícolas y diversificando, los agricultores pueden maximizar el potencial de sus tierras, mano de obra y equipos
Agroturismo: Ofrecer servicios de hostelería, como alojamiento y restauración, a los visitantes de una explotación agrícola, lo que permite a los agricultores diversificar sus ingresos y promocionar su producción.
Educación y sensibilización: Organización de visitas educativas, cursos y actividades de divulgación para el público con el fin de promover la concienciación y la apreciación de las prácticas agrícolas y el medio ambiente.
Producción de energía renovable: Aprovechamiento de recursos como la luz solar o el viento para la producción de energía, contribuyendo a la independencia energética y generando ingresos adicionales, como demuestra el caso de la explotación que produce energía a partir de biomasa de residuos del olivar.
Turismo rural: Aprovechar la ubicación rural de la empresa para promover el turismo local, como paseos por el campo o excursiones por la naturaleza.
En la última década, el turismo rural ha ido en aumento, ganando cada vez más importancia en comparación con las formas más convencionales de turismo. Estudios recientes indican que un factor clave que contribuye al éxito del turismo rural es el cambio en las preferencias de los turistas. En lugar de limitarse a buscar un destino para visitar, los turistas anhelan ahora experiencias genuinas y auténticas. En este contexto, explorar el campo como turista puede evocar emociones profundas y satisfacer el deseo de un encuentro auténtico. La gastronomía, parte integrante del patrimonio cultural, desempeña un papel crucial en las actividades turísticas rurales, ocupando un lugar especial en la búsqueda del sentido del lugar. Degustar, comprar y llevarse a casa productos locales proporciona la garantía de una experiencia realmente inmersiva siendo un motor primordial en la generación de ingresos para la agricultura sostenible.
En línea con la estrategia centrada en el atractivo para el cliente, facilita la conversión de una región agrícola en un territorio multifuncional que produce servicios, experiencias y cambios.La identidad y la imagen regionales desempeñan un papel crucial cuando la marca del producto está vinculada al nombre de la región (DOP,IGP) abre la puerta a la introducción de productos regionalmente diferenciados en los canales de distribución. Un enfoque de colaboración entre los municipios, las agrupaciones de agricultores y las empresas privadas, como el operador turístico receptivo, puede generar una situación ganadora para un desarrollo sostenible del territorio que garantice una distribución justa de los ingresos. Además de la macrocategoría del turismo rural, podemos distinguir tipos especializados de turismo que responden a los intereses del consumidor, como el turismo gastronómico (nuevo término para indicar el turismo culinario y el turismo gastronómico), el enoturismo y el turismo de la cerveza.
El turismo gastronómico ofrece oportunidades de inmersión para que la gente aprecie y experimente las cocinas y bebidas locales, destacando los aspectos históricos, culturales y medioambientales de una región específica. Estas actividades, que mezclan turismo y entretenimiento, establecen las tradiciones culinarias como piedra angular de la identidad regional y el patrimonio cultural,valorizando la profunda interacción entre la comida y la sociedad.Por otra parte, los agricultores aumentan sus posibilidades de encontrar mercados, tanto clientes como turistas y/o ho.re.ca. En este concurso, los agricultores amplían sus oportunidades de negocio, teniendo como canal de distribución los restaurantes tradicionales locales que, a través de su chef, pueden valorizar la biodiversidad y la producción local desempeñando un papel de embajador del patrimonio cultural del territorio y devolviendo nuevas oportunidades de venta directa a los turistas gastronómicos (véase el recorrido del consumidor y el punto de contacto). El turismo gastronómico tiene un amplio abanico de oportunidades para atraer al consumidor: show cooking, mercados agrícolas no convencionales, clases de cocina, pruebas de alimentos en las granjas multifuncionales son algunas de las estrategias que se pueden establecer para el desarrollo común de la zona rural, por lo tanto, indirectamente, los ingresos de los agricultores.
El enoturismo, clasificado como una forma de turismo de intereses especiales, ha adquirido un protagonismo significativo en el mundo de las regiones vinícolas. Sirve de imán, atrayendo visitantes a estas zonas productoras de vino (distrito vinícola) como Oporto y el valle del Duero, Portugal, Burdeos, Francia Mosela, Alemania La Rioja, España, Toscana Italia. Éstos son sólo algunos ejemplos de la relación entre las etiquetas de vino y la identidad cultural, que impulsa recíprocamente el desarrollo de la región, incluso gracias al sistema europeo de certificación que lo ha reforzado. En particular, visitar estas regiones ha surgido como una nueva oportunidad de mercado para los pequeños productores de vino. El enoturismo representa un componente vital dentro de las estrategias de marketing y ventas de las bodegas y empresas relacionadas con el vino, centrado en catas y visitas a bodegas, con la posibilidad de visitas privadas y encuentros directos con los propietarios de las explotaciones, enólogos y agrónomos que tendrán la oportunidad de contar la tradición de la explotación, la elaboración y las cualidades del vino, la biodiversidad y cómo los lugareños se relacionan con sus tradiciones y su historia. El enoturismo no sólo enriquece la experiencia del visitante, sino que sirve de catalizador del crecimiento económico local. La proliferación de oportunidades turísticas refuerza las pequeñas ciudades del interior al introducir nuevas vías de comercio y empleo. Una afluencia constante de viajeros durante todo el año garantiza una fuente estable de apoyo a la comunidad local y potencia a los empresarios locales.
Aunque las actividades tradicionales, como las catas de vino y las visitas a bodegas, siguen siendo esenciales, el abanico de posibilidades se extiende mucho más allá de estas opciones convencionales:
Visitas a viñedos a medida: Constituyen los aspectos fundamentales de cualquier visita a una zona vinícola. Adentrarse en los entresijos de la elaboración del vino empieza por conocer de primera mano el funcionamiento de una bodega. La mayoría de los viñedos ofrecen visitas guiadas a sus instalaciones, dirigidas por guías expertos que acompañan a los visitantes a través de cada etapa de la producción, desvelando los secretos entre bastidores del reino del vino, desde el cultivo de la uva hasta el embotellado.
Museo del vino: algunas regiones cuentan con espacios dedicados a relatar la historia de su producción vinícola. Los aficionados al vino pueden anticiparse descubriendo exposiciones permanentes y temporales que profundizan en las tradiciones y técnicas de elaboración del vino, la biodiversidad de los viñedos y la calidad única.
Experiencias inmersivas: En época de vendimia, algunos viñedos invitan a los turistas a participar y revivir costumbres ancestrales. Los visitantes tienen la oportunidad de arremangarse, participar en bailes regionales, pisar uvas y recoger frutos directamente del viñedo.
Educación enológica: El enoturismo suele incluir aspectos educativos, como talleres, clases de apreciación del vino y la posibilidad de conocer las distintas variedades de uva y estilos de vino.
Toda esta iniciativa b2c contribuye a mejorar los ingresos de los agricultores y la identidad de la marca tanto a escala local como internacional.
De interés primordial en el sector del turismo enogastronómico es el desarrollo, con la participación de consorcios, municipios y asociaciones agrícolas, de acciones destinadas a dar visibilidad a la región vitivinícola y a la etiqueta del vino a nivel internacional.
En este concurso, las comunidades pueden organizar visitas a medida a distritos vinícolas dirigidas a grupos de interés internacionales, como personas influyentes en el mundo del vino, sumilleres, expertos del sector enogastronómico, compradores, investigadores, cámaras de comercio y sus representantes, con el objetivo de aumentar el interés y el conocimiento de la región y mejorar los ingresos de los agentes sociales locales implicados.
De hecho, ciertas características de los productos típicos se aprecian mejor de una forma muy contextualizada, lo que implica consumirlos en el mismo lugar donde se producen. Esto podría incluir la apreciación del paisaje modelado por el cultivo del producto o las conexiones con las tradiciones culinarias y folclóricas locales que enriquecen la experiencia y los recuerdos de los interesados dispuestos a compartir la experiencia y llevar la comarca a su país de origen. A través del viaje turístico receptivo los agricultores pueden tener un gran potencial de negocio y oportunidades de visibilidad. fundamental en este tipo de encuentros es potenciar la relación humana, la capacidad de comunicar a través de la narración el valor de la biodiversidad y del propio territorio.
Otro sector en auge en la industria enogastronómica es el turismo cervecero, una tendencia relativamente reciente en la categoría del turismo culinario y de bebidas. El turismo cervecero, también conocido como ale tourism o brew tourism, es un nicho en expansión que consiste en viajar a diversos destinos, sobre todo a regiones famosas por su producción de cerveza, para explorar y experimentar el mundo de la cerveza. La cerveza artesanal, caracterizada por su creación a manos de pequeños cerveceros independientes, suele reflejar los gustos y preferencias de los aficionados locales, incorporando ingredientes regionales y mostrando la identidad única del territorio. El turismo cervecero sigue los exitosos pasos del enoturismo, que gira en torno al mundo de la producción y el consumo de vino. Los festivales de la cerveza son una parte importante del turismo cervecero; estos eventos pueden ser de escala local, nacional o incluso internacional y ofrecen la oportunidad de degustar una amplia gama de cervezas, a menudo junto con comida y entretenimiento. De hecho, el turismo cervecero suele ir de la mano de la exploración de la escena culinaria de una región, combinando experiencias de maridaje de cerveza y comida, como las cenas con cerveza. Algunas regiones han desarrollado rutas de la cerveza o ale trails, que son recorridos autoguiados que llevan a los visitantes a múltiples cervecerías, pubs y bares de barril de una zona específica.
Los agricultores especializados tienen esencialmente dos formas de distribuir sus productos en la cadena del canal alimentario b2b o b2c. Dentro de estas dos macrocategorías, los agricultores pueden declinar su presencia de distribución a nivel local e internacional, lo que implica una elección estratégica de marketing y el desarrollo de un modelo de negocio. Adoptando una estrategia integrada B2B y B2C, tendremos un mayor potencial de ingresos y menores riesgos. Pensando en la pandemia de COVID-19, de hecho, las empresas que habían basado su estrategia comercial únicamente en el sector HORECA se vieron penalizadas. Mientras que las empresas que ya habían adoptado formas de diversificación comercial, como el comercio electrónico o la entrega a domicilio, habían generado mayores ingresos en comparación con el período anterior a la pandemia COVID
Muy a menudo, las pequeñas empresas agrícolas que preservan la biodiversidad agrícola tienen un tamaño limitado, al igual que sus producciones. Como se ha visto en la unidad 4, la capacidad de adaptación de las empresas es crucial, y colaborar ofrece ventajas, sobre todo en lo que respecta a la comercialización de los productos locales. A través de la agregación, las medianas y pequeñas empresas agrícolas pueden tener más oportunidades de visibilidad tanto a nivel nacional como internacional, ahorrando costes de organización y de gestión de las actividades de promoción territorial, aumentando así su capacidad de penetración en el mercado. Por este motivo, sería beneficioso trabajar en dos niveles conectados e interdependientes: la marca corporativa y la agregación. La combinación de la identidad de marca y la pertenencia a un consorcio permiten al agricultor llegar a una base de consumidores más amplia, tanto a nivel local como internacional. La principal forma de llegar a los mercados internacionales es participar en ferias internacionales, ya que son una oportunidad para encontrarse con partes interesadas internacionales (compradores, distribuidores, periodistas, chefs y sumilleres, personas influyentes, investigadores) y generar nuevos contactos. Siempre es mejor participar como consorcio o dentro del pabellón local, tanto por el ahorro de costes como por la visibilidad. Los sistemas de certificación, además de ser un requisito previo para participar en ferias especializadas, dirigen a los actores internacionales hacia territorios específicos, facilitando la identificación de la marca corporativa con cualidades organolépticas y territoriales especiales.
Participar en una feria internacional especializada no es sólo mejorar la capacidad de exportación, sino también establecer contactos, descubrir nuevas tendencias para el sector a través de seminarios y talleres, y analizar a la competencia. Además, las ferias especializadas promueven eventos para premiar las más altas cualidades de una denominación, lo que supone un gran reconocimiento para la explotación en términos de posicionamiento en el mercado y de valor intangible. En resumen, las ferias internacionales ofrecen a las empresas agrícolas especializadas una plataforma inestimable para ampliar su alcance, conectar con un público diverso y mantenerse informadas sobre las tendencias y oportunidades mundiales.
Otro canal para llegar a los mercados internacionales es formar parte de una iniciativa regional que pretenda llevar las identidades territoriales al extranjero mediante la organización de clases magistrales. El consorcio, las asociaciones de agricultores o los municipios pueden organizar clases magistrales en el extranjero dirigidas a un público específico con el objetivo de aumentar el interés por la región y sus productos, así como la rentabilidad de la economía local. Las clases magistrales, en comparación con las exposiciones internacionales, tienen una menor visibilidad, pero están más dirigidas a un público más específico. Los participantes en las clases magistrales están muy interesados, por lo que las posibilidades de generar nuevos contactos efectivos son mayores. Las masterclass pueden consistir en seminarios con degustación de comida/vino y una interacción directa entre productores y partes interesadas. son muy importantes las habilidades interpersonales de los agricultores en la gestión de las relaciones, así como su capacidad para contar historias. las masterclass también pueden celebrarse localmente con la participación de partes interesadas internacionales que deseen conocer de cerca la identidad y la cultura de la región. este tipo de actividades son más caras para la organización organizadora, pero ofrecen una inmersión total en la cultura y el patrimonio locales, generando valor directo e indirecto ( 5.3.2).
La web desempeña un papel central en el desarrollo de estrategias comerciales a nivel local e internacional, para canales de distribución b2b y b2c. No hay online sin offline y viceversa. La presencia web de la empresa contribuye a la realización de las identidades de marca. Los usuarios de Internet han crecido en los últimos años y el tiempo que cada persona dedica a las redes sociales y a los motores de búsqueda (también a los juegos) se cuantifica en más de 4 horas al día. Por lo tanto, tanto para llegar a los clientes internacionales como para atraer a las comunidades locales, la presencia en Internet es esencial para el desarrollo del negocio. Los agricultores pueden decidir aplicar diferentes estrategias de acuerdo con el modelo de negocio. Tener un comercio electrónico propio tiene la ventaja de vender b2c directamente al usuario que merece la pena, pero con la exposición del precio final al consumidor, lo que podría generar problemas en la posición del precio en el mercado, especialmente si el producto se coloca en diferentes mercados. Formar parte de un mercado vertical puede generar el mismo tipo de problema sobre el precio, pero como ventaja podemos considerar una base de usuarios más amplia y un reconocimiento entre los apasionados de los sectores, y no estar disponible en un mercado vertical puede significar perder la oportunidad de darse a conocer y llegar a los consumidores potenciales.
La biodiversidad agrícola ocupa un lugar cada vez más central también en la relación con el sector ho.re.ca, tanto a escala local como internacional.
La sinergia entre los alimentos certificados de alta calidad y el sector de la restauración ha surgido como una importante vía para las empresas agrícolas. El gran interés del mundo culinario y de los chefs en su búsqueda de productos únicos no sólo mejora la economía local, sino que también añade valor a la región. En este contexto, los chefs desempeñan un papel fundamental a la hora de rejuvenecer producciones y tradiciones ancestrales mediante recetas innovadoras y tradicionales por igual. Desde el punto de vista de los productores, esto representa no sólo una fuente de ingresos, sino también una oportunidad para dar a conocer las variedades locales entre un público más amplio, ampliando así el potencial de ventas directas.
Los agricultores y las organizaciones comerciales, junto con los presidios y las instituciones locales, promueven activamente el crecimiento de la relación productor-restaurador. Para ello, organizan eventos de empresa a empresa (B2B) y visitas guiadas a las instalaciones de producción, además de actuar como guardianes de la biodiversidad territorial, todo ello con el fin de fomentar y alimentar esta importante relación.
El canal de distribución es una elección muy estratégica para la explotación, ya que puede calificar el producto, el precio y la percepción del valor del propio producto.
Muchos productores especializados han decidido desde el principio distribuir sus productos a través de la venta directa. Los clientes de la venta directa tienen la ventaja de no perder valor en la cadena de distribución al no haber intermediarios entre productor y compradores. Junto a los canales tradicionales de venta directa (mercados de agricultores, tiendas en las fincas) están proliferando formatos alternativos de venta directa, cambiando la relación del productor con los consumidores, iniciativas como la de adoptar un olivo, una vaca, una vid son sólo un ejemplo del intento de generar una relación cercana y personalizada basada en la transparencia, la confianza y la fidalización entre consumidores y productores. Todas las experiencias mencionadas en el punto 3.5.2 son canales indirectos de venta directa, la prueba de alimentos a base de vino y todas las actividades multifuncionales que el agricultor puede poner en marcha son oportunidades para realizar la venta directa a los consumidores, así como el comercio electrónico y el comercio social.
Las redes de alimentación alternativa han basado su existencia en la suposición de que el valor ecológico y el estilo de vida sostenible, incluido el consumo crítico, son la base de un desarrollo de estilo de vida justo, democrático y ético en el que la producción de nicho tiene su lugar natural. En toda Europa se han desarrollado diferentes tipos de redes alimentarias alternativas, como los mercados de agricultores, las cooperativas alimentarias o el sistema de pedidos anticipados. Las nuevas tendencias en la A.F.N. es la posición de los clientes, de hecho las personas involucradas no son consumidores pasivos, sino que son actores activos que ostentan el estatus de proconsumidores. los agricultores en este concurso tienen esos productos valorizados, pero con la participación activa de los ciudadanos en el plan productivo de la empresa tienen una base más alta de proconsumidores leales, lo que implica haber establecido las producciones entregadas en la fase de planificación. Además, la proliferación de las a.f.m. otorga al agricultor un papel central en la regeneración urbana, de hecho, el agricultor y su producto genuino y saludable aportan a las ciudades no sólo alimentos, sino una visión ética del consumo y comportamientos pro sociales. El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha reconocido el importante papel que desempeñan estas iniciativas en la relación entre la agricultura y las comunidades locales, apoyando el desarrollo de la venta directa y la cadena alimentaria corta.
Los productos certificados para nichos de mercado tienen un amplio abanico de oportunidades para llegar a una base de consumidores más amplia y generar ingresos adicionales. a partir de cualquier etapa empresarial, los agricultores deben comprender el papel activo central de los consumidores en la cadena de valor alimentaria y ofrecer una experiencia alimentaria más personalizada, preservando al mismo tiempo la visión y la misión auténticas. territorio, identidades, diversificación, multifuncionalidad, agregación, turismo rural, comunicación y colocación son las palabras clave para generar una estrategia empresarial capaz de valorizar la preservación de la biodiversidad. el sistema de certificación de la ue ayuda a productores y consumidores a abordar su esfuerzo facilitando el acceso a la comercialización internacional y local, garantizando la transparencia.
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